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Olivarda Dittrichia viscosa |
Una mala hierba de carretera, también útil para la agricultura
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Olivarda Dittrichia viscosa |
“Era una de esas mañanas templadas de otoño en las que la
niebla temprana se había convertido en una fina lluvia y todo goteaba. Todavía
no había llegado el invierno de verdad; sólo era una suave pausa entre dos
estaciones que traía lo mejor de ambas. Ni demasiado calor, como había estado
haciendo, ni demasiado frío, como haría más adelante.” Así empieza la deliciosa
y delicada narración de Reginald Arkel Recuerdos
de un jardinero inglés y así ha sido esta mañana cuando, andando por la
carretera, se han mojado mis deportivas al contacto con las olivardas florecidas
a lo largo del arcén de la N-240.
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Olivarda Dittrichia viscosa |
Me sorprende ver cómo en otoño los arcenes de la
carretera a Yesa o del camino a Biezcas disponen de un adorno floral tan
tupido, radiante y único para satisfacción del caminante o de los peregrinos
santiagueños rezagados. Este regalo otoñal, parece ser que se lo debo a un
herbicida controvertido: el glifosato
(no hay mal que por bien no venga). Este herbicida se empleó hace unos años
para erradicar en primavera las plantas de los márgenes de carreteras
y los paseos de las ciudades. Con esta actuación, las plantas de desarrollo
otoñal se vieron libres de competidores y coparon el espacio dejado por las
plantas erradicadas. Hoy día brotan con tanta fuerza que las veo crecer entre
los intersticios del mismo asfalto.
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Olivarda Dittrichia viscosa |
Las olivardas, endémicas del Mediterráneo, son un buen
agente nutricio de gran variedad de insectos,
justamente en la época en que disminuyen las plantas en flor. Estos insectos,
retenidos por la viscosidad de las olivardas, son útiles en la fecundación la
flor de los olivos, planta a la que el nombre de olivarda hace alusión. Además,
algunos de estos insectos,
avispas y chinches, son parásitos de la mosca del olivo (Bractocera
oleae) y controlan su desarrollo, por lo que se recomienda acercar las
olivardas a los olivares.
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Olivarda Dittrichia viscosa |
El gran número de
nombres con que se conoce esta planta en la
península ibérica, da idea de lo extendido que es su conocimiento y puede ser
indicativo de la multitud de aplicaciones medicinales que ha tenido: cicatrizante, antihemorrágica, antiinflamatoria, entre otras. Actualmente se
ha estudiado por su interés como antibacteriana y antifúngica, y se ha comprobado su efectividad en el
tratamiento de la malaria y la candidiasis. En el tratado de Plantas Medicinales
(pg. 185), Peris & co. indican que el carvacrol y varios
ésteres de su composición bioquímica hacen posible su acción
antiséptica, insectífuga, antihelmíntica y antiespasmódica. ¡Vamos, que tenemos
una farmacia al borde de la carretera!
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Olivarda Dittrichia viscosa |
Pese a ser una planta tan conocida y empleada, ha llevado
largo tiempo encontrarle el nombre genérico actualmente convenido. Carlos Linneo
en su Species plantarum de 1753 creyó adecuado situarla entre las Erigeron,
pese a que ya en la antigüedad Teofrasto y Dioscorides la llamaban Conyza.
Años después, el botánico escocés William Aiton la sitúa entre las Inula
en el quinto tomo de su obra Hortus Kewensis publicada en 1789. Con este nombre
siguió muchos años hasta que en 1973 W.R.Greuter propuso el nombre genérico
actual Dittrichia,
en honor de M. Dittrich, que fue director del Herbarium del Jardín Botánico de
Berlín. Está visto que entre botánicos anda el juego.
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Olivarda Dittrichia viscosa |
Hasta en el asfalto de la cuneta hay color, salud, historia y lucha
por la vida
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Olivarda Dittrichia viscosa |
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