Algo huele mal en el reino vegetal... y en el académico
Helleborus foetidus |
En invierno y por la orilla del Irati me cruzo con el
eléboro, que no resulta fétido hasta que lo machacas.
Pero, para comprobarlo ¿a quién se le
ocurriría ir con un almirez a pasear por el canto el río? Desde luego que
no a los aficionados a la botánica, a quienes nos suele resultar extraño que "fétido" sea el nombre de la especie, siendo una planta prácticamente inodora.
Helleborus foetidus |
Esta planta de aspecto poco atractivo ha tenido desde tiempos antiguos usos cinegéticos y militares, ¡ai es ná!
Al parecer, los cazadores y ballesteros emponzoñaban las flechas con sus jugos venenosos y malolientes.
Su peligrosidad la
hace figurar en la lista de inocentes plantas que no pueden ser comercializadas
libremente con fines terapéuticos según la Orden 190/2004 de 28 de enero.
Con todo, “la composición del eléboro fétido es bastante desconocida, aunque se cree que contiene eleboreína y saponina glucosídica, componentes que también se pueden encontrar en el eléboro negro”. Esta frase se repite literalmente en decenas de webs que tratan sobre esta especie. Sólo en el buscador de Google se dan 337 resultados.
¡Y hay quien dimite por copiar!
Helleborus foetidus |
Pese a estar reconocida como planta extremadamente tóxica, ha tenido variadas aplicaciones en farmacopea, sobre todo tópicas, pero no sólo. Como purgante (mental) y con el nombre de vedegambre (nota 29), Hernando Alonso de Herrera (1460-1527), Profesor de retórica y gramática en Alcalá y Salamanca, la estima eficaz para limpiar la ciencia de estériles disputas escolásticas.
Es el mismo remedio aplicado a Gargantúa para librarle de los sofistas (Lib I, cap XXXIII).
Así, de las flechas de matar me paso a los dardos envenenados de los dialécticos.
Helleborus foetidus |