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martes, 19 de septiembre de 2023

CERASTIUM GLOMERATUM

Cerastium glomeratum
Una florecilla de pétalos blancos con forma de orejas de ratón

Cerastium glomeratum
   
    Estas fotos y el texto los puse en este blog en enero de 2015. Pero, los administradores de esta herramienta me los han suprimido en mayo de este este mismo año porque "vulnera nuestra política de malware y virus". 
No me dieron explicación de qué podría vulnerar al cabo de tantos años su "política".
    
Cerastium glomeratum
    Esta primavera bajaré más de una vez por La Chocarrera, dejaré la fuente a mi derecha y recorreré el paseo que rodea el Trujal de Nagore, cuidando de no tropezar con las arrugas que producen en el suelo las raíces de los cipreses del seto que oculta la finca. En este paseo hay dos bancos, uno inservible, una fila de aligustres y un parterre que estará florido con variedad de plantas, y una de ellas será esta especie de cerastium: sagu-biarria, en euskera y oreja de ratón, en castellano.
    
Cerastium glomeratum
    A este género de plantas, ¡pobricas!, el botánico J.J. Dilenius (1684-1747) les inventó el nombre científico latino ¡cerastium!, derivado del griego kérastēs, que en castellano suena francamente mal: ¡cornudo!; aunque se disimule diciéndolo en la lengua de Cicerón. Y es que J.J. se tuvo coger la lupa para ver que las semillas, de menos de un milímetro de tamaño, están erizadas de cuernecillos.
    
Cerastium glomeratum
    Me inclino a pensar que a esta planta le afecta poco el nombre que le hayan encasquetado: es cosmopolita. 
¡Y qué cosmopolita se molesta por semejante menudencia latina!  Primero, la vemos a caballo de un lado y otro del Pirineo, llegando hasta los dos mil metros. Luego, florece por Eurasia: lo mismo le da aparecer por los alrededores de los Alpes, las riberas arenosas de China o las guarderías infantiles de Finlandia. Y qué menos que, a cambio de las patatas o el chocolate, se haya difundido esta preciosidad por todo América, tanto da California o Los Nevados de Chillan.
     
Cerastium glomeratum
    En época de fronteras, tanto cosmopolitismo (crece hasta en Zimbabue), alguna maldad más le tiene que acarrear: en agronomía la consideran una maleza, una mala hierba. Y, aunque se diga que es inútil poner puertas al campo, se ha buscado una manera de ponérselas y bien firmes: los herbicidas. Así es como me entero de que un componente maléfico de los herbicidas es el glifosato (¡de dónde habrán sacado tal palabro!) y que se han estudiado sus efectos destructores sobre las humildes orejas de ratón en los cultivos de Uruguay. Parece que en el Cono Sur les ha resultado un regalo envenenado, a juzgar por el trabajo que les da su extirpación.
    
Cerastium glomeratum
No ha de pasar un mes sin que vea asomar esas orejitas blancas entre las mieses y parterres 

Cerastium glomeratum