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viernes, 28 de junio de 2013

HELIANTHEMUM NUMMULARIUM

El quiribel del Pirineo, castigado en Leyre

Helianthemum nummularium

Helianthemum nummularium


El quiribel del Pirineo era abundante en el camino entre Leyre y Lumbier. Al empezar el camino próximo al monasterio estos quiribeles o mirasoles rosados te hacían pagarles el peaje (nummularium) de detenerte a admirarlos y sacarles fotos. El año pasado alguien de Yesa decidió que ese paseo merecía subir de categoría, así que lo explayó, lo asfaltó y canalizó una orilla de la que el agua se ríe y salta por donde quiere. Ahora, en vez de fragancias y colores tenemos grises, gravillas, derrumbes y cárcavas; todo un acierto de gasto sin sentido naturalista.


Helianthemum nummularium





Generalmente, estas flores son amarillas y brillantes como el sol, el helios griego. Sin embargo, por aquí son de color rosado y resulta una variedad propia de la zona central del Pirineo. Con todo, bastan los estambres para recordarnos los rayos del sol.

Así pues, tenemos en nuestra zona varias especies de mirasoles: unos blancos, otros amarillos y estos rosados que florecen en la ladera de Leyre. No les hace falta suelo abundante, pero sí que sea soleado y nada ácido; lo cual no es mucho pedir.

Helianthemum nummularium








Esta planta figura en un listado célebre: las flores de Bach. Hace años tuve noticia de este listado cuando a las familias de niños con síndrome de Down les hacían creer que un tratamiento con un grupo estas flores era eficaz para neutralizar esta alteración cromosómica. Aún veo como nuestro quiribel se considera “una de las esencias florales de Bach más conveniente en casos de terror o mido extremo, especialmente a la muerte”. Los charlatanes de los crecepelos y las cuchillas de afeitar tenían su lado gracioso y folclórico, pero los explotadores de la credulidad y de los sentimientos merecen un control estricto, al menos dentro de la consideración de la publicidad engañosa.







En adelante sufriré los rigores del sol en un camino que fue un jardín y encontraré más quiribeles por otras sendas de Leyre.

Helianthemum nummularium

lunes, 10 de junio de 2013

OPHRYS SCOLOPAX

La orquídea que se presentó en nuestro patio sin avisar 

Ophrys scolopax
Ophrys scolopax




Esta orquídea ha germinado en el patio de casa. El año pasado nos sorprendimos al verla florecer entre la hierba. Cuando este año vimos que las hojas volvían a aparecer, tuvimos buen cuidado de señalarla para que el cortacésped no la dañara. En mayo se ha desarrollado y hemos visto cómo se abrían las flores a medida que crecía el tallo. 





Ophrys scolopax







La parte oscura y rayada se asemejarse al lomo de las abejas, pero no hemos llegado a ver que se le acerquen las que zumban en el romero. La parte que asoma por encima de la boca abierta le recordó a alguno la forma de un pájaro apetitoso, la becada y ya en la antigüedad se le conocía con el nombre griego de esta ave, scolopax. 





Ophrys scolopax






Estas orquídeas son frecuentes en varias zonas del pueblo: en Aspra, en las orillas del Irati, en el pinar del este o en Laiazeta, entre otros. Pese a su pequeño tamaño, no pasan desapercibidas por el color azulado de sus sépalos y el rayado clarito sobre una lengua oscura, sobre el labelo. Su forma llama la atención, porque es bien diferente de las formas florales habituales. 




Ophrys scolopax







Dada su abundancia, no es de extrañar que alguna de las 4000 microscópicas semillas, que puede producir cada flor, haya volado hasta nuestra casa. Pero ya ha sido más casualidad que haya caído donde suele aparecer alguna que otra seta. Necesitan la red de hifas, sobre las que se desarrollan las setas para germinar y desarrollarse, hasta que la clorofila de las hojas contribuya a su nutrición autótrofa.







Esperamos verla florecer muchos años y ojalá que otras especies le haga compañía.

Ophrys scolopax