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Scrophularia canina
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Pequeñas flores oscuras con largo predicamento
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Scrophularia canina |
¡Perro sarnoso! -vociferaba El Sargento Furia, al tiempo
que disparaba su pistola en las viñetas de Hazañas Bélicas. ¡Ay!… quizá fuera Roberto Alcázar, o El Jabato empuñando
una espada; aunque no lo descartaría en boca de El Capitán Trueno. La memoria, que se hace confusa al cabo de tantos años, guarda ese dicterio, hoy en desuso:
¡perro sarnoso!
Perro, desde luego, suena mucho más explosivo que can,
canino, canina (salvo que se junte con hambre). Incluso, canecillo suena
gracioso, cuando miro los modillones románicos bajo la cornisa de los
tejados de las iglesias. Y ahí en lo alto, fuera de lo sagrado, entre figuras
grotescas y acrobáticas, no suelen faltar canes variopintos, rabiosos o sarnosos,
sin duda. |
Scrophularia canina |
Me resultaba sorprendente constatar que son varios los
géneros de plantas que aludían a los canes para identificar especies: Agropyron,
Agrostis, Avena, Carex, Celtis, Elymus, Morus, Opuntia, Poa, Rosa, Viola,
Vitis, Zea, entre otros.
Ahora he sabido que esta referencia a los canes se debía,
al menos en el caso de las escrofularias, al uso que se daba a estas plantas
para curar de la sarna a los perros, transmisores de esta plaga a los humanos.
Quizás, el perro asustado que Goya pintara en la pared de la Quinta del Sordo, que sólo
asoma la cabeza, estuviera afectado por la sarna. Creo que así lo debió
entender Saura, viendo cómo lo plasmó en la serie dedicada al atento can.
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Scrophularia canina |
Hoy en día, que estas escrofularias sirvieran para combatir
al ácaro arador de la sarna, se toma en consideración, sabiendo que entre sus
numerosos componentes figuran terpenos iridoides
con acreditada actividad antibacteriana. Incluso, la capacidad insecticida de
los metabolitos
de esta escrofularia se aplica con éxito a la extinción de gorgojos y de una
variedad de los molestos mosquitos trompeteros (Culex pipiens molestus), desarrollada
en la ardiente oscuridad de los túneles del metro de Londres.
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Scrophularia canina |
Además de por Inglaterra, esta planta es conocida por buena
parte de Europa, sobre todo la mediterránea.
Por aquí, crece sobre todo en zonas húmedas con suelos variados, arcillosos,
margosos y calizos, como son el cascajar del refugio de pescadores junto al
Aragón, la fuente de Aspra o la fuente del Liscar (ojalá que el último arreglo
no haya agravado el deterioro que supusieron desgraciadas intervenciones
anteriores).
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Scrophularia canina |
La capacidad curativa de esta planta está en su mismo nombre
de origen medieval: escrofularia. Se creía que servía para curar las escrófulas: nódulos
cervicales, como los nódulos de sus raíces, que son indicativos de
tuberculosis. Bien es cierto que, en el campo sanitario, había un remedio mucho
más imponente, si no más eficaz: el Toque Real. Los reyes,
franceses e ingleses particularmente, tenían la milagrosa cualidad de curar las
escrófulas con el toque de sus manos, constatado hasta muy avanzada la edad moderna
y ¡a ver quién lo ponía en duda!
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Scrophularia canina |
De improperios a milagros, de la enfermedad angustiosa al
timo, antes como ahora
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Scrophularia canina |