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jueves, 31 de agosto de 2017

VERBENA OFFICINALIS

Una familiar planta medicinal con reparos favorables
      
Verbena offiicinalis 

Verbena offiicinalis 


Nuestra recordada y hacendosa tía Marta, tenía dos devociones: el cíngulo de San Francisco que se lo ceñía con frecuencia, creo que, para flagelar sus exabruptos verbales, y las verbenas, para remedio de todo mal.
- Son mano de santo y ¡ranca de una puñetera vez, Matías! -le increpaba a su marido-. A ver si no, cuándo, ¡cojona!, me vas a traer las putas verbenas -y chapaba las manos como platillos de banda musical-.
El tío Matías, rezongaba cualquier excusa, tomaba la puerta y ¡ale! a recoger verbenas por los alrededores.
La entrañable tía Marta falleció bien cumplidos los ochenta, edad longeva para lo habitual en la familia; ninguno de sus cinco hermanos llegaría a cumplir sus años.  

   


Verbena offiicinalis


A mí, que era un mocoso, se me hacía que las verbenas eran unas plantas, más que milagreras, trapaceras; pues mi adorable amoña María, era partidaria de las pasmobelarras (anagallis arvensis), como remedio infalible. 
Ahora que distingo ambas plantas, me parece que la tía Marta estaba más en lo cierto: las verbenas llevan en el nombre específico su carácter curativo, officinalis (en referencia a las reboticas, las oficinas de la farmacopea). 
Este carácter medicinal de las verbenas ha sido reconocido desde muy antiguo a lo largo y ancho de todo el continente euroasiático, desde el Atlántico al Pacífico, desde Navarra hasta China, nada menos.





Verbena offiicinalis

Son tantas la afecciones en las que se emplean las verbenas que le hacen dudar también al botánico L.M. García Bona de “si realmente es una planta medicinal o es simple consecuencia de la fe que en ella se ha depositado desde siempre”, según leo en su detallada publicación: Navarra. Plantas medicinales. Y es que en la página de las verbenas enumera estos usos: diurético, en afecciones de la piel, reuma, trastornos hepáticos, del bazo, del riñón, astringente, febrífugo, para lavar heridas y llagas, en gargarismos contra las afecciones de boca y garganta, contra la gripe y procesos infecciosos y, así mismo, se preparan cataplasmas calmantes para aliviar los dolores de la artritis, neuralgias, ciática, lumbago y dolores localizados. 
¡Ah! Y con vino, para la anemia, ¡qué menos!



Verbena offiicinalis

Si se dice que cuando el río suena, agua lleva y si son tantos quienes dicen que las verbenas les alivian de tan variadas dolencias, no me queda sino admitir que “algo” tendrán para merecer tan amplio reconocimiento. Ese “algo”, pues, es el que trata de dilucidar hoy día la investigación farmacológica, algunos de cuyos numerosos resultados (3260) me brinda san Google
Ya en el primero que abro y solo en el abstract aparecen estos componentes: β-sitosterol, ácido ursólico, ácido oleanólico, ácido 3-epiursólico, ácido 3-epioleanólico y triterpenoides menores de derivados de ácido ursólico y ácidos oleanólicos; dos glucósidos iridoides, verbenalina y hastatosida, un glucósido fenilpropanoide, verbascosido y β-sitosterol- D -glucósido. 
Necesitaría tres vidas para tener una ligera idea de semejante berenjenal.


Verbena offiicinalis



En ese galimatías bioquímico aparece la verbenalina, que por su nombre debe de ser producto específico de las verbenas. Por ella o por vete a saber cuáles de ellos, las verbenas pueden resultar tóxicas en determinadas situaciones. Sabiéndolo, la industria agro-alimentaria se vale de este efecto tóxico para el control del gorgojo del maíz y en general de otros gorgojos que destruyen el grano almacenado e inducen la conocida como enfermedad del molinero. Según este estudio sobre la acción insecticida de las verbenas, no parece que las concentraciones en forma de polvo o purín difieran significativamente, resultando decisivas para la conservación saneada de los graneros.





Así es que de momento prefiero un talo de maíz a una tortilla de gorgojos

Verbena offiicinalis

jueves, 10 de agosto de 2017

TRAGOPOGON DUBIUS

Una amarilla luminosa que se hace pluma volandera
       
Tragopogon dubius
Tragopogon dubius
     


Que a esta planta le llamen tragopogon, que es llamarle barba de cabra en griego, parece más un improperio salido de la boca del Capitán Haddock que un nombre para una planta esbelta rematada en una flor de pétalos amarillos y transfigurada luego en vilanos voladores. 
Bien es cierto que los ingleses han recurrido a un término más delicado y le dicen salsify. Y sin sonarme a uno de los muchos galicismos que nos trajo la cocina francesa, podemos encontrar salsifis entre las exquisiteces de algún menú donostiarra o salsifíes en el diccionario de la RAE, para mi tranquilidad 
Tragopogon dubius
     






Me suelen resultar llamativos los pompones que forman los frutos, una vez que las flores han sido fecundadas. A estos frutos los llaman cipselas (a ver si escribiéndolo lo recuerdo) y tienen tres partes: la semilla en forma de aquenio (lo mismo), con frecuencia estriada; un pico que prolonga la semilla y un vilano con radios plumosos con forma de sombrilla invertida y que según los esotéricos transportará nuestros buenos deseos al reino de las brujas. Lo seguro será que ayudará a dispersar las semillas lejos de la planta, hasta lugares donde jardineros, horticultores, agricultores y algunos servicios forestales conservacionistas no desearían ver.

Tragopogon dubius






Con todo, para que los salsifíes se dispersen, no basta con soplarlos; sus grandes semillas necesitan unas condiciones de viento que no siempre se dan en esta zona con frecuencia ventosa, y que mientras, permiten tomas fotos a los pompones completos. Pero, como hoy día todo se estudia, también se ha llegado a investigar las condiciones favorables para la abscisión del receptáculo en que se enclavan y así se ha comprobado que son más eficaces las corrientes ascendentes que las descendentes y que las llevarán a cinco metros a la redonda o más. 
Tragopogon dubius









No creo, con todo, que ese limitado vuelo explique su presencia al otro lado del Atlántico a comienzos del S. XX. Pues bien, actualmente es frecuente su presencia en estados como Canadá, Minnesota o Dakota, entre otros muchos. Por otra parte, no me explico que les llevó a estos salsifíes a salir de la feliz Europa y a emigrar también por Irán hacia el este. Y ahí, en el país de los ayatolas han observado que suele estar afectada por la enfermedad de la escoba de bruja, para más inri. Pero ha sido al desplazarse hasta Corea donde se ha encontrado con el combatido mildiu y donde esperan que sea él a su vez quien la combata
¿No será una vez más peor el remedio que la enfermedad?

Tragopogon dubius





Sin embargo, teniendo en cuenta la frecuencia de la poliploidía de estos tragopogon, es de suponer que sabrán encontrar variaciones genéticas para resultar inmunes a estas enfermedades y mantener su expansión y diversificación, constatada a lo largo de la última era geológica en la que nos encontramos. 
El lado positivo de esta expansión lo han visto los espabilados holandeses, quienes han constatado que estos salsifíes son valiosos para enriquecer el suelo con micorrizas
De esta manera, ¡hasta los seteros se alegrarán de ver por el campo estas amarillas barbas de cabra! 






¿Para qué poner, pues, puertas al campo cuando las semillas vuelan? 
    
Tragopogon dubius