Una amarilla luminosa que se hace pluma volandera
Tragopogon dubius |
Tragopogon dubius |
Que a esta planta le llamen tragopogon, que es llamarle barba de cabra
en griego, parece más un improperio salido de la boca del Capitán Haddock que un nombre para una planta esbelta rematada
en una flor de pétalos amarillos y transfigurada luego en vilanos voladores.
Bien es cierto que los ingleses han recurrido a un término más delicado y le dicen salsify. Y sin sonarme a uno de los muchos galicismos que nos trajo la cocina francesa, podemos encontrar salsifis entre las exquisiteces de algún menú donostiarra o salsifíes en el diccionario de la RAE, para mi tranquilidad
Bien es cierto que los ingleses han recurrido a un término más delicado y le dicen salsify. Y sin sonarme a uno de los muchos galicismos que nos trajo la cocina francesa, podemos encontrar salsifis entre las exquisiteces de algún menú donostiarra o salsifíes en el diccionario de la RAE, para mi tranquilidad
Tragopogon dubius |
Me suelen resultar llamativos los pompones que forman los
frutos, una vez que las flores han sido fecundadas. A estos frutos los llaman
cipselas (a ver si escribiéndolo lo recuerdo) y tienen tres partes: la semilla
en forma de aquenio (lo mismo), con frecuencia estriada; un pico que prolonga
la semilla y un vilano con radios plumosos con forma de sombrilla invertida y
que según los esotéricos transportará nuestros buenos deseos al reino de las
brujas. Lo seguro será que ayudará a dispersar las semillas lejos de la planta,
hasta lugares donde jardineros, horticultores, agricultores y algunos servicios forestales conservacionistas no desearían ver.
Tragopogon dubius |
Con todo, para que los salsifíes se dispersen, no basta con
soplarlos; sus grandes semillas necesitan unas condiciones de viento que no siempre
se dan en esta zona con frecuencia ventosa, y que mientras, permiten tomas
fotos a los pompones completos. Pero, como hoy día todo se estudia, también se
ha llegado a investigar las condiciones favorables para la
abscisión del receptáculo en que se enclavan y así se ha comprobado que son más
eficaces las corrientes ascendentes que las descendentes y que las llevarán a
cinco metros a la redonda o más.
Tragopogon dubius |
No creo, con todo, que ese limitado vuelo explique su presencia al
otro lado del Atlántico a comienzos del S. XX. Pues bien, actualmente es
frecuente su presencia en estados como Canadá, Minnesota o Dakota, entre
otros muchos. Por otra parte, no me explico que les llevó a estos salsifíes a
salir de la feliz Europa y a emigrar también por Irán hacia el este. Y ahí, en
el país de los ayatolas han observado que suele estar afectada por
la enfermedad de la escoba de bruja, para más inri. Pero
ha sido al desplazarse hasta Corea donde se ha encontrado con el combatido
mildiu y donde esperan que sea él a su vez quien la combata.
¿No será una vez más peor
el remedio que la enfermedad?
Tragopogon dubius |
Sin embargo, teniendo en cuenta la frecuencia de la poliploidía
de estos tragopogon, es de suponer que sabrán encontrar variaciones
genéticas para resultar inmunes a estas enfermedades y mantener su
expansión y diversificación, constatada a lo largo de la última
era geológica en la que nos encontramos.
El lado positivo de esta
expansión lo han visto los espabilados holandeses,
quienes han constatado que estos salsifíes son valiosos para enriquecer el
suelo con micorrizas.
De esta manera, ¡hasta los seteros se alegrarán de ver por el campo estas
amarillas barbas de cabra!
¿Para qué poner, pues, puertas al campo cuando las
semillas vuelan?
Tragopogon dubius |
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