Mil amores y mil flores se asoman y ruborizan en el seto de bojes
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Centranthus ruber, mil flores |
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Centranthus ruber, mil flores |
La tarde de
agosto estaba tormentosa. Había empezado por oírse truenos lejanos, luego llegaron
las gotas gruesas de lluvia y, al poco, el viento cruzado, el fulgor de los
relámpagos, la lluvia intensa iluminada con el destello rayos que veía tras la Casa
del Ventero.
Todo este alboroto de tormenta de verano duró poco, dejó las
calles húmedas y a las “mil amores”, que asomaban entre los bojes del seto, adornadas
con gotitas arcoíris.
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Centranthus ruber, mil flores |
Las
mil amores terminan en una inflorescencia de mil florecillas con largos espolones que se despliegan en cinco pétalos desiguales. De entre ellos aflora un pistilo y una
antera con sus granitos de polen rosado.
Deseaba que el viento y la lluvia las hubiera
respetado y ayudado a fecundar. De todas formas, habría quedado abundante polen
y néctar como para resultar atrayentes esa tarde a multitud de insectos.
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Centranthus ruber, mil flores |
Una
vez más me sorprendía la variedad de formas florales que han desarrollado las
plantas para asegurarse la fecundidad, y eso que las mil amores son plantas
perennes. El largo espolón, que contiene el néctar, ha servido a los botánicos
para darle el nombre genérico, Centranthus (kéntron = espolón; ánthos = flor) y
el nombre específico ruber, rojo, abre el tema de los colores.
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Centranthus ruber, mil flores |
El
asunto de los colores de las flores, polémico por aquello de que “para gustos,
los colores” y difícil para quienes dudamos con los matices. Las mil amores,
¿son rojas, púrpuras, rosadas o... por ruber se ruborizan?
Años y años de
investigaciones han puesto de manifiesto que las plantas tienen unos industriosos
laboratorios para producción de colorantes (simbolizados con geométricas
fórmulas químicas), como lo son las antocianinas que ruborizan
a las mil amores.
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Centranthus ruber, mil flores |
Estos
colorantes, que alarman a los consumidores cuando los vemos como
complementos alimentarios con la etiqueta E-163,
son los que dan el color tinto a las uvas maduras, a las moras, a las cerezas, a
las frambuesas o a los rábanos y las berzas moradas y nos son, sin embargo, ampliamente beneficiosos.
¡Ah! También la digitalina
tiene abundantes antocianinas, pero ¡cuidado!, que no es oro todo lo que
reluce, ni todos los aditivos
alimentarios son igualmente saludables, aunque aparezcan en productos de medicina alternativa.
Las tormentas, los olores, los colores… el verano se ha ido y el otoño nos viene con los
suyos
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Centranthus ruber, mil flores |