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martes, 15 de octubre de 2019

CENTAUREA CALCITRAPA


Abrojos de las lindes y caminos, malditos en todo tiempo y lugar
    
Abrojos       Centaurea calcitrapa
Abrojos       Centaurea bofilliana



¡Los abrojos!  ¡Cuántas veces habré oído comentar la parábola evangélica del sembrador que esparció la semilla entre abrojos! (Mateo 13, 7). Y claro está, no se puede esperar que salga nada bueno de entre los abrojos, como seguía explicando el evangelista y repetía el predicador de turno. 
¡Andaos con ojo!
¿Qué serían los abrojos?, se preguntaba entonces un niño que sólo había visto ortigas y zarzas rodeando prados. Desde luego, le quedaba claro que de los abrojos no podía esperar coger higos y que por sus frutos los conoceréis. (Mt 7, 16).
Pero, la ignorancia se envolvía de confusión cuando el niño oía que los abrojos ahogaban la palabra por no ser otra cosa que la preocupación de este siglo y el engaño de las riquezas. (Mt 13, 22) 
¡¿ Qué galimatías ?!



Abrojos       Centaurea calcitrapa




Sin duda los abrojos serían malísimos... y pincharían, pensaría entonces. Ahora sé que los abrojos de las lindes de los campos ciertamente pinchan y ¡cuidado con estos abre-ojos! No llegué a suponer que esta evangélica palabra fuera la conjunción, según la RAE, de esas dos palabras y, aún menos, que los botánicos se acordaran de los centauros al buscarle un nombre para uso general, centaurea. Aparentemente, tiene más sentido el nombre específico, calci-trapa, puesto que los abrojos pueden ser una trampa para el calcaño del pie, sobre todo si no andas con los ojos abiertos al acercarte al borde de los caminos.


Abrojos       Centaurea bofilliana

Estos abrojos, calcitrapa, son una de las más de noventa especies de centaureas que crecen en la Península Ibérica y de las doscientas cincuenta que se identifican en la extensa zona mediterránea, según el catálogo de la Flora Ibérica del CSIC. 
En este catálogo se identifican en Navarra alguna especie que no aparecía en las Claves Ilustradas en 1989, hace treinta años. Tras la revisión de la especie calcitrapa, que en 2012 publicaron J.A.Devesa & otros, se considera como otra especie a los abrojos que tienen las brácteas punzantes de tamaño similar en todo el capítulo; son la Centaurea bofilliana. 
Y ahora es cuando he podido observar este detalle en algunas de estas fotos; mientras que en las demás, los tamaños de las espinas son llamativamente diferentes.



Abrojos       Centaurea calcitrapa
A los abrojos, como a muchos de los habitantes mediterráneos, este espacio alrededor del Mare Nostrum les resultó reducido y migraron a amplias zonas templadas del mundo. Así es como los vemos en Australia, Sudáfrica, Argentina o California, entre otros lugares del planeta. Y como otros migrantes que cruzan los mares, no siempre son bien recibidos: en Uruguay los consideran como una “plaga de la agricultura” y en México es una maleza a erradicar por ser un vector de introducción de la rabia, la psitacosis, el virus del Nilo o cianobacterias; pese a que no hay información comprobable
¡Qué novedad tratándose de migrantes!


Abrojos       Centaurea bofilliana


¡Por favor, que las centaureas tienen valores medicinales! 
Justamente, los griegos consideraban al centauro Quirón como poseedor de conocimientos curativos que transmitió a los humanos, dando origen a la Medicina. 
Concretamente, la Centaurea calcitrapa dispone de principios activos que contienen centaurina, varios flavonoides, ácido calcitrápico; sales potásicas y β-sitosterol. ¡Qué tiene de extraño, pues, que arreglen cualquier dolencia! Se le atribuyen por ello propiedades como antipirético, aperitivo, digestivo, diurético, colerético e hipoglucemiante; indicado para inapetencia, dispepsias hiposecretoras, hiperglucemia, gripe, resfriados, disquinesias hepatobiliares. ¡Ahí es nada!




Los abrojos me traen ecos infantiles, conocimientos curiosos y esplendores purpúreos en otoño
     
Abrojos       Centaurea calcitrapa