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Lactuca viminea Lechuga mimbrera |
Una lechuga, alejada de la imagen de la planta
para ensaldas
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Lactuca viminea Lechuga mimbrera |
Estos últimos días he tenido en las manos el Diccionario
del asombro que acaba de publicar Antonio Martínez Ron. Después de
exclamar asombrados “oh” o “eureka”, los científicos tuvieron que inventar
palabras para denominar sus descubrimientos y es el listado de esas palabras
las que componen este diccionario. También el asombro, o sombra sorprendente, te
alcanza en otoño cuando adviertes las admirables
tonalidades que ves por las orillas del Irati y los bosques de la sierra.
No
serán precisas palabras nuevas de asombro, pero ¡qué menos que detenerte a tomar
unas fotos con el móvil!
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Por la sierra |
Y no me hace falta esperar al otoño, porque en cualquier
época del año puedo admirar la multitud de colores y formas de las flores
silvestre del pueblo. Un ejemplo son estas matas veraniegas de Lactuca
(lechugas), que, por su apariencia, en nada recuerdan a las cultivadas para
ensaladas. Perdón, “en nada” es mucho decir, puesto que las flores son
similares. Los horticultores, personas prácticas donde las haya, no
esperan a que “se suban” y florezcan para venderlas; así que no podermos comprobar su
similitud.
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Lactuca viminea Lechuga mimbrera |
Me encuentro estas matas
entre los arbustos del borde del camino de La Olivona o en los cascajares del
Barranco de La Padul o del Aragón. El aspecto de matorral se debe a que las
ramas son largas e intrincadas, como mimbres (viminea), con hojas
estrechas, que se prolongan sobre los tallos y que con los calores del estío se
reducen a la mínima expresión. Esta manera de reducción de las hojas puede ser similar
a la de los árboles de hoja caduca,
preparándose para un segundo año de lucimiento. Mientras el sol aprieta, ¿para
qué poner las hojas a sudar la gota gorda?
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Lactuca viminea Lechuga mimbrera |
Quizá, esta manera de
defenderse es porque viniera del lejano Himalaya a catorce mil pies, el Punjab
indio o Afganistán, pues la presencia de esta Lactuca por esas regiones
en 1876 la registraba C.B. Clarke, Prefecto del jardín botánico de Calcuta. Cierto
es que, en describir la Lactuca virosa, se le habían adelantado
bastantes años los hermanos
Presl, quienes la incluyeron en su tratado sobre Flora
Čechica
en 1819. Entiendo que trata de la flora de lo que actualmente es la República
Checa; pero como Bohemia en lengua checa es Čechy,
lo dejo en que esta especie se extiende por el Mediterráneo,
Centro Europa y parte de Asia, sin entrar en líos lingüísticos.
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Lactuca viminea Lechuga mimbrera |
Bien se puede suponer
que, con este trajín por territorios tan dispares, esta especie de lechuga haya
tenido que recurrir para sobrevivir, no solo a la reducción de sus necesidades
de humedad, sino, tanto a la autopolinización como a la xenogamia,
polinización que realizan insectos. Y aquí me encuentro el tema de cómo
perciben los colores los insectos y cómo han escogido las plantas los colores de sus
flores para resultarles más atrayentes. Si el tema de los colores se las trae,
el de los insectos…
mejor, no meneallo.
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Lactuca viminea Lechuga mimbrera |
Y mientras escribo esto, no puedo dejar de recordar a mi
amigo Ángel. Hemos hecho, con el grupo de excursionistas de la Sociedad de
Ciencias Naturales Gorosti, incontables de salidas por Navarra. Hemos disfrutando juntos de
los paisajes, de las flores y de tu compañía amistosa. Eras, Ángel, sosiego para el
grupo con tu palabra amable y tu mirada afectuosa.
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Lactuca viminea Lechuga mimbrera |
Ángel, en persona, la imagen ideal de bonhomía
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Lactuca viminea Lechuga mimbrera |