Unos soles floridos muy de por aquí con referencias suecas
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Helianthemum oelandicum Mirasoles Tenemos un mes de mayo fresquito y con lluvias frecuentes, que han
venido a tiempo para verdecer los sembrados y presentar unas viñas des-pampanantes.
Esto no ha impedido que también se cumpla lo de mayo florido y hermoso, con
abundante floración por doquier. A esta cita anual no han faltado los mirasoles
de la sierra, Helianthemum oelandicum, que están preparados para florecer también
en épocas cálidas y en zonas pedregosas con escaso suelo húmedo. |
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Helianthemum oelandicum Mirasoles |
Estos mirasoles (helios – anthemun), sol florido, me permiten ver en
ellos el sol y quedar encantado con su resplandor sin deslumbrarme. Me ilusiona
suponer que algo parecido le debió ocurrir al naturalista sueco Karl Linnaeus,
cuando admiró estas jarillas amarillas en el alvar de
la isla Öland en su visita del año 1742. Esta planta, escasa en Suecia, pero
muy abundante en esa
isla (unida hoy al continente mediante un
puente de seis kilómetros), llevó a Linnaeus a especificarla con el nombre
de la isla: Cistus
oelandicum.
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Helianthemum oelandicum Mirasoles |
El alvar de la isla Öland, calificado por la UNESCO como Patrimonio
de la Humanidad, es el mayor de Europa. Esta isla se elevó sobre el nivel del
mar al término de la última glaciación, hace doce mil años, ósea, hace dos
telediarios geológicos, como quien dice. Por ello, ha resultado un lugar ideal
para estudiar la variación genética que se ha producido en los
mirasoles, precisamente, en tan corto período de tiempo, y su reflejo en el aspecto
peloso de la planta.
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Helianthemum oelandicum Mirasoles |
Para rematar, a la evolución geológica y genética hay que añadir la
nominal. A los años, el suizo Pyrame de
Candolle presentó una descripción detallada de estos mirasoles en su
taxonomía botánica Flore Française (año 1805) con el nombre Helianthemum,
pero conservando el nombre de la isla sueca para denominar la especie. Estudios
posteriores han seguido con la distinción de géneros, especies y subespecies,
hasta distinguir cinco de estas con el nombre específico oelandicum.
Los que veo por aquí son canosos en el envés de las hojas; aunque debe de
haberlos no tan canos. Habrá que verlos.
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Helianthemum oelandicum Mirasoles |
Esta variabilidad de especies se debe en buena parte a que las flores
no se fecundan con el polen de sus mismos estambres. Como tienen el bendito capricho
de fecundarse con polen de otros mirasoles necesitan el concurso de avispas
(Ceramius tuberculifer). Éstas colaboran tan ricamente alimentándose del polen
y sirviéndolo a sus larvas. Es otro caso de sabiduría colaborativa
insectos-plantas, cuyo lenguaje para entenderse no conozco que se haya llegado
a descifrar.
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Helianthemum oelandicum Mirasoles |
Y no podría faltar una mención a los valores medicinales de los mirasoles.
El mismo Pyrame de Candolle, doctor en medicina con una tesis sobre los valores
medicinales de las plantas, hoy se felicitaría al ver cómo la farmacopea actual
sigue sus pasos y estudia los componentes bioquímicos de las plantas que él
describió. Entre otros muchos, el estudio publicado por investigadores
de la Universidad de Ankara menciona valores antioxidantes, antiinflamatorios y
antiglucémicos, que son prometedores para el control de la diabetes. Ya me
basta; que no es para mí el listado de estudios al pie del artículo. |
Helianthemum oelandicum Mirasoles |
Las vueltas que da la vida... y las que podrá dar mirando al sol
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Helianthemum oelandicum Mirasoles
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Información como siempre interesante, bien expuesta y acompañada de muy buenas fotografías
ResponderEliminarMil gracias soleadas, Joaquin
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