Cuando las lechugas son lo que no parecen
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Lactuca perennis |
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Lactuca perennis |
El camino de la foz, que sigue el trazado del antiguo
ferrocarril del Irati, nos presenta en sus márgenes gran variedad de plantas,
como corresponde a la variedad de suelos, a la proximidad del río, a los
cultivos próximos o semillas que pueden difundir quienes transitan. Antes de
llegar al túnel que da paso a la foz, las rocas calizas de la sierra delimitan el
trazado y se adornan con estas lactucas, lechugas.
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Lactuca perennis |
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Hoja de Lactuca perennis |
Está claro que estas lechugas de flores azules son
diferentes de las que al pasar he visto en la huerta de Pedro Mari. Éstas que
veo junto al camino, o que he visto otros días en lo alto de la foz, tienen
hojas estrechas con ramificaciones alargadas. ¡Vamos, que no las asocio a
ensaladas! Y esta impresión debe de tener fundamento, porque no he leído que
tenga utilidad culinaria alguna.
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Lactuca perennis |
Esto
se entiende por ser una lactuca de otra especie, la perenne; no es la lechuga de las
ensaladas, la sativa, que si no la coges a tiempo, se sube, echa flores
amarillas y adiós. También es cierto que hay verduras que se conocen con el
nombre genérico de lechugas y son otro tipo de plantas. Así tenemos que la
lechuga roja hoja de roble es una achicoria, como lo son las escarolas o las
endivias. Y, en los paquetes dispuestos para preparar ensaladas, te encuentras
hasta con canónigos, que ni son curas ni lechugas sino valerianas, que ¡claro!
te dejan muy tranquilo.
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Lactuca perennis |
No sé si tranquilo, pero sí algo sorprendido me ha dejado
saber que eso de lactuca o de lechuga tiene que ver con leche. Ya había
observado que al separar las hojas aparecía el líquido blanquecino, que es al
que alude el nombre, pero no se me había ocurrido la relación etimológica. Esa
leche, el
lactarium, debe de tener efectos sedantes y, según se dice, reconocidos ya
por los egipcios, nada menos, y siglos más tarde por el médico persa Avicena en
su Canon de
Medicina.
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Lactuca perennis |
Debió de ser la creencia en los efectos soporíferos del
lactarium que llevó a su promoción, ya en el S.XIX, como alternativa al opio
por su familiaridad y por no tener efectos secundarios incapacitantes. En
efecto, no los podría tener porque se ha comprobado que su capacidad hipnótica
no pasa de ser una leyenda popular/medicinal, sin base alguna constatable,
más allá del efecto placebo que puede conllevar una buena ensalada, siempre que,
¡por favor!, no sea de las hojas de esta lactuca de flores azules.
Lechugas de flores azules para una temporada de sopas y
compotas
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Lactuca perennis |
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