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jueves, 22 de octubre de 2015

LACTUCA PERENNIS

Cuando las lechugas son lo que no parecen
     
Lactuca perennis
Lactuca perennis


El camino de la foz, que sigue el trazado del antiguo ferrocarril del Irati, nos presenta en sus márgenes gran variedad de plantas, como corresponde a la variedad de suelos, a la proximidad del río, a los cultivos próximos o semillas que pueden difundir quienes transitan. Antes de llegar al túnel que da paso a la foz, las rocas calizas de la sierra delimitan el trazado y se adornan con estas lactucas, lechugas.
Lactuca perennis
Hoja de Lactuca perennis



Está claro que estas lechugas de flores azules son diferentes de las que al pasar he visto en la huerta de Pedro Mari. Éstas que veo junto al camino, o que he visto otros días en lo alto de la foz, tienen hojas estrechas con ramificaciones alargadas. ¡Vamos, que no las asocio a ensaladas! Y esta impresión debe de tener fundamento, porque no he leído que tenga utilidad culinaria alguna.








Lactuca perennis

Esto se entiende por ser una lactuca de otra especie, la perenne; no es la lechuga de las ensaladas, la sativa, que si no la coges a tiempo, se sube, echa flores amarillas y adiós. También es cierto que hay verduras que se conocen con el nombre genérico de lechugas y son otro tipo de plantas. Así tenemos que la lechuga roja hoja de roble es una achicoria, como lo son las escarolas o las endivias. Y, en los paquetes dispuestos para preparar ensaladas, te encuentras hasta con canónigos, que ni son curas ni lechugas sino valerianas, que ¡claro! te dejan muy tranquilo.


Lactuca perennis



No sé si tranquilo, pero sí algo sorprendido me ha dejado saber que eso de lactuca o de lechuga tiene que ver con leche. Ya había observado que al separar las hojas aparecía el líquido blanquecino, que es al que alude el nombre, pero no se me había ocurrido la relación etimológica. Esa leche, el lactarium, debe de tener efectos sedantes y, según se dice, reconocidos ya por los egipcios, nada menos, y siglos más tarde por el médico persa Avicena en su Canon de Medicina.

Lactuca perennis








Debió de ser la creencia en los efectos soporíferos del lactarium que llevó a su promoción, ya en el S.XIX, como alternativa al opio por su familiaridad y por no tener efectos secundarios incapacitantes. En efecto, no los podría tener porque se ha comprobado que su capacidad hipnótica no pasa de ser una leyenda popular/medicinal, sin base alguna constatable, más allá del efecto placebo que puede conllevar una buena ensalada, siempre que, ¡por favor!, no sea de las hojas de esta lactuca de flores azules. 







Lechugas de flores azules para una temporada de sopas y compotas 
    
Lactuca perennis

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