Flores
descoloridas en los vericuetos de La Piedra
Velezia rigida |
Velezia rigida |
Estoy volviendo hacia casa por los vericuetos de La Piedra sobre la foz. Hace calor este mediodía de finales de junio. Voy andando, más que por senderos, por las calvas de grava caliza que dejan entre sí las matas dispersas de boj y carrascas. Las borras de lana prendidas del ramaje raquítico y las cagarrutas dejan constancia del paso ocasional de las ovejas, desperdigadas al atravesar estos espacios abiertos, desolados. Casi no hago sombra y ando mirando dónde piso, cuidando de no torcerme un tobillo. Y así es como me fijo en las florecillas blancas de esta clavelina, que sabré por la tarde, consultadas las Claves, se trata de la velezia.
Velezia rigida |
Así
mismo, he sabido que la velezia tiene habitualmente los pétalos de color entre azul
y rosado, pero estas clavelinas de los andurriales de La Piedra los tienen
blancos. Ahora bien, las flores poco coloreadas, hipocromáticas, (no es un albinismo) indican
que las plantas han carecido de alguna de elementos necesarios para la
producción de las antocianinas, que dan
coloración purpuro-rosada a los pétalos. No me extraña: el escaso suelo arcilloso, estará saturado de elementos alcalinos de las rocas
calizas de La Piedra. Estos suelos con pH elevado impiden que la savia se nutra
con los elementos necesarios para las flores luzcan colores matizados o difundan
fragancias atrayentes.
Y no seré yo quien sude para alterar el curso de la naturaleza llevándoles abono.
Velezia rigida |
Quien
sí debió sudar fue Cristóbal Vélez, boticario y médico conquense de mediados
del S.XVIII, que se pateó el entorno de Madrid buscando las plantas que
precisaba en su profesión. De ello dejó constancia en su herbario y en sus
manuscritos de La flora matritense, según consta en la Historia de la farmacia (pág. 472): “Bien merecía Vélez que le
hubiéramos hecho su biografía en el lugar correspondiente”, se añade.
Esta
falta se hace notar aún más en Wikipedia, por más que fue “director del primer
Jardín Botánico de Madrid, célebre botánico, examinador del real protomedicato,
quien no solo explicaba las que existían en el jardín, sino otras muchas que se
traían de los contornos”.
Reconoce,
sí, que tenía un innominado jardinero, quien le hacía parte del trabajo
sudoroso de recolectar plantas.
Velezia rigida |
Este
prestigioso ilustrado acogió en 1751 a Pehr Löfling, uno de los diez y siete apóstoles enviados por Carlos
Linneo desde Suecia a los extremos del mundo en expediciones
botánicas y zoológicas. ¡Bien! Ahora somos sólo el extremo de Europa.
Löfling quedó tan asombrado
del nivel y amplitud de los conocimientos botánicos que se encontró por las
Españas que pronto tenía el trabajo hecho y remitido a Suecia. Linneo le animó
a poner el nombre de los botánicos que le acogieron a las especies nuevas que
le iban mostrando y dirigirse luego a Venezuela. Fue el mismo Linneo quien puso
el epónimo Velezia a este género
de plantas en su Botánica práctica, situándolo en la Casa
de Campo y Chamartín, en los alrededores de Madrid. ¡Quién los ha visto y quién
los ve!Velezia rigida |
No
sabía el bueno de Linneo que, al tiempo, serían los turcos quienes reclamarían
su patrimonialidad, por las cinco especies de velezias que en su península se han
identificado. Analizando el polen y la forma de
las semillas, han establecido de forma irrefutable en Anatolia el origen de la
difusión mediterránea de la velezia de
vainas rígidas.
Pero,
han sido los rusos quienes han estudiado sus componentes bioquímicos y nos los han
detallado en alfabeto cirílico, para que vayamos practicando. Les
pareció curioso que esta planta no hubiera sido estudiada y se pusieron hace
cuatro años a determinar, ente otros, sus polifenoles. Encontraron que varios eran
estimulantes, como componentes también del café o la quina, y ¡oh sorpresa! apareció
la ecdisterona. ¿Para qué querrán la velezia y las espinacas tal anabolizante?
Quizá entrenadores rusos me den respuesta.
Con la misma planta en la mano, me paso de la rebotica a la espectronomía de masas
Velezia rigida |
No sudarás para llevarles abono pero si parece que has doblado bien el espinazo e hincado las rodillas en el pedregal para lograr unas maravillosas imágenes. Muy bonita la planta que reconozco desconocía. Un saludo
ResponderEliminar