Sorpresas peregrinas de un verano con más flora y viejos
conocidos
Rubia peregrina |
Rubia peregrina |
La afición a la flora me ha deparado este verano varias
sorpresas agradables. Una, y bien peregrina, ha sido recibir un cascanueces de
madera de boj. Me lo ha tallado Sebastián de Casa Etxeberri por lo mucho que le
satisfacía, a él que vive en Bilbao, poder ver la sorprendente variedad de
flores de Liédena y recordar su vida de chaval en el pueblo.
- Es el 99º que entrego y es para ti –me dice mientras lo
desenvuelve.
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Sebastián, que anda por los ochenta y sigue vital y
entusiasta, saca la cartera y me pregunta:
- ¿Conoces una planta que… -consulta una pequeña ficha
que guarda en ella- …que se llama Rubia peregrina?
- Pues, sí - le
contesto-. La he visto enredada en las cepas de las viñas, también en la cara
húmeda del pinar, e incluso, creo que entre las ollagas del Raso de la Mata.
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- La llamábamos répol
-dice leyendo la ficha-. Lo tengo apuntado para que no se olvide.
- No me suena de nada ese nombre -le contesto-.
- ¿Sabes para qué la empleábamos? Para los catarros –me explica-. Cuando
teníamos catarro, tomábamos una infusión que se hacía con répol.
Lo apunto a mi vez para no olvidarlo y ya sé qué
planta será la próxima que pondré en el blog.
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¿¡Répol!? A
quienes he preguntado no les sonaba la palabra y no sabían darle un nombre
concreto a la planta. Tampoco figura entre los 34 nombres castellanos, recogidos por los botánicos de CSIC
por la península y las islas; ni se parece al nombre que se le da en euskera:
otxara. Será, pues, otro de los numerosos nombres locales.
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Aquí tengo que recordar el acierto y el éxito que tuvo Caspar
Bahuin (1560 – 1624) que difundió el
criterio de denominar a la plantas, y a los demás seres vivos, con dos palabras
latinas, evitando la multiplicidad de lenguas y denominaciones locales: una palabra
para el género , en este caso Rubia (roja, por el color de la raíz y de los
tintes que proporciona) y otra para la especie, peregrina (andante, por difundirse
agarrada a pantalón –dicen algunos- mediante acúleos, espinitas de los tallos y
las hojas), en este caso concreto.
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Entre los variados empleos medicinales populares que he leído,
no he visto que se haya usado para los catarros. El empleo anticatarral, por
tanto, debió de ser también local, como la palabra répol.
Hay concurrencia, sin embargo, en señalar que las
raíces se han empleado para obtener tintes rojos o amarillos y purpurinas.
El análisis químico señala la presencia de notables concentraciones de varias
antraquinonas, alguna con su nombre: rubiadina, con alta
presencia en esta especie.
La rubia se me ha colado este verano con sus anécdotas, sin tener que acercarme a las viñas para verla
Rubia peregrina |
Preciosa entrada del répol, tanto en la forma como en el contenido. Desconocía la historia de Bauhin, pero ya me parecía que el de Upsala...
ResponderEliminarA mi tambien me ha encantado, muy entrañable la entrada, pero la planta.... tiene bonito el nombre, pero qué molesta resulta a veces!
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