La historia de la farmacopea y la botánica en una espiga
de flores amarillas
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Agrimonia eupatoria |
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Agrimonia eupatoria |
Tras la Casa del Chocolatero hay una surgencia de agua que mantiene húmedo el terreno durante el verano. Sorteando los charcos, llegué sin mojarme a la
zona menos húmeda, donde vi que florecían con profusión las agrimonias.
Continué la vuelta mañanera por las viñas llecas bajo el pinar de El Castellón,
donde volví a encontrármelas dispersas entre santolinas, verbenas y hierbas de
amor azules y blancas: un tranquilo jardín donde pasar la mañana.
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Agrimonia eupatoria |
Al
parecer es una planta que ha conservado su nombre griego de agrimonia desde la
antigüedad. Esta palabra parece aludir al uso tópico para el tratamiento de las
manchas oculares albas del ganado, el albugo.
Este y otros usos medicinales, junto con el parecido con otros nombres de
plantas quedan explicados en las
anotaciones que Andrés
de Laguna, médico del Papa Julio III, hizo al Dioscórides.
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Edición facsimil (Gobierno Navarra y Príncipe de Viana) |
La agrimonia figura en el Herbario de
Roncesvalles en la página 202 con una imagen coloreada y precisa tanto
en el aspecto general como en los
detalles de raíz, hojas y frutos.
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Agrimonia eupatoria |
Este herbario es uno de los ejemplares de la edición del Herbario de Christian
Egenolff, impresor y editor de Fráncfort. Fue condenado por conculcar los derechos de
autor al emplear los dibujos hechos del natural por Hans Weiditz para el Herbarum
Vivae Eicones publicado en 1531 por Otto Brunfels, uno de los “padres de la
botánica”.
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Agrimonia eupatoria |
Hasta épocas recientes,
su empleo medicinal ha tenido relación
con aspectos variados de la salud, como las afecciones hepáticas (eupatoria) y
las ulceraciones.
En tiempos pretéritos, un bálsamo de agrimonia tenía la virtud de cicatrizar
las heridas producidas las herramientas del campo (hierba
del podador) o por armas de guerra. Actualmente figura entre los componentes
de la llamada Agua
del Arcabuzazo y, como se sigue comercializando a buen precio, tengo que
pensar que hay quien la considera de eficacia probada.
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Agrimonia eupatoria |
También me queda claro que, si las otras veintitrés plantas que
figuran en la fórmula magistral tienen tantos componentes
químicos como la agrimonia, raro sería que varios de ellos no tuvieran
algún efecto antiséptico y cicatrizante. No es de extrañar, por tanto, que haya
constancia de su cultivo en los huertos medicinales de los monasterios, como el
de la Cartuja de Valdemosa o el Monasterio de Pedralbes
y de su empleo en hospitales, tales como el Hospital real de Nuestra Señora de
Gracia de Zaragoza
o el San Mateo de Sigüenza.
Y así, cada verano la agrimonia nos ofrece sus virtudes,
olvidadas en los albarelos de las boticas
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Agrimonia eupatoria |
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