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Carex brevicollis |
Esto va del valor de la
variabilidad de las plantas
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Carex brevicollis |
En Gran Bretaña era
posible comer una manzana diariamente durante cuatro años sin probar dos veces
la misma variedad, explicaba Dan Saladino, periodista de la BBC Radio en una entrevista en enero. Esto ya no es posible por que el interés
por variedades vegetales más productivas ha reducido la diversidad de
cultivos y la biodiversidad, imprescindible ésta para la supervivencia
humana, según advierte Guillermo Altares en el artículo
de 2024/10/20 titulado: “Un cesto de manzanas contra el fin del mundo”.
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Carex brevicollis |
A esto hay que añadir que las
concentraciones parcelarias han hecho desaparecer lindes y caminos, en los que florecían
multitud de plantas silvestres que hacían visible y daban espacio a la
diversidad vegetal. Recuerdo, pero a la inversa, aquello de que “no hay bien
que por mal no venga”. Por todo esto, las alturas están resultando el refugio
de plantas singulares, como esta cárex, que tiene la característica de ser, al
parecer, la única especie tóxica, entre las de su género, para la ganadería que pasta por nuestros montes.
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Carex brevicollis |
El carácter tóxico de las
cárices de cuello breve (brevicollis) se considera una estrategia de defensa contra los herbívoros. Tras su ingesta sufren trastornos que, durante la gestación, resultan mortales para las crías, particularmente a principios de verano. La toxicidad
se debe a dos alcaloides
que se encuentran en estas cárices: la brevicarina en las flores y la
brevicolina en las hojas.
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Carex brevicollis |
Pero ¡cuidado!, que esta
toxicidad protectora quizá no la produce esta cárex, sino los hongos microscópicos
que invaden sus flores y hojas, imperceptibles a simple vista. Estos hongos han
sido estudiados por investigadores
del CSIC y de la UPNA con plantas de la sierra de Urbasa, encontrando 14 especies
de hongos, nada menos. Entre estos hongos el Biscogniauxia nummularia infecta también a las hayas desfavorablemente y puede
ser el origen de la toxicidad de esta cárex. ¡Los nombres que han debido
inventarse para tanta diversidad natural!
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Carex brevicollis |
Pero no acaba aquí la
cosa. Se preguntan los investigadores si los alcaloides tóxicos los producen
los hongos invasores o si los generan las cárices mismas, estimuladas por los
hongos. En las conclusiones de otra comunicación,
dan mayor verosimilitud a esta segunda hipótesis, sin que por el momento den por zanjado el
asunto. Y de esta manera, la alarma provocada por la toxicidad de la Carex
brevicollis ha llevado a descubrir unos alcaloides que la farmacopea
moderna emplea como antitumorales, antivirales y antibacteriales (Cao et al.,
2007), nada menos. Y ahora sí: no hay mal que por bien no venga.
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Carex brevicollis |
Una vez más se confirma que
de la variabilidad saltan las sorpresas