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viernes, 21 de octubre de 2022

POA TRIVIALIS

Poa trivialis
Una gramínea, prototipo de las poáceas
   
Poa trivialis
    Estos días de viento sur ha empezado a llover algo y se espera que los cultivos de gramíneas vayan a tener tempero para la siembra de otoño: trigos, cebadas, sobre todo (a aquí no ha llegado la furia de plantar maíz y arroz). A ver si con el viento, de paso, me llueven imágenes con las empezar a cultivar la atención hacia las gramíneas silvestres, carentes de atractivos colores y perfumadas fragancias. Ciertamente, las flores de las gramíneas no necesitan de esos caracteres tan atractivos para los insectos, porque el viento, que ayuda a su fecundación, se mueve por razones que no alcanzan a percibir nuestros sentidos.
  
Poa trivialis
    Empiezo, pues, por la Poa trivialis. Poa, ποα, llamaban los griegos a las hierbas y pastos, en general; era un nombre genérico, que C. Linneo se lo aplicó a este género de gramíneas (Species plantarum, pg. 67), en su búsqueda de nombres en una lengua prestigiosa. Luego, acudió al latín para darle el nombre específico, trivialis; es decir, una hierba trivial, ordinaria, corriente, la prototipo. Comienzo, pues, a ocuparme de la familia de las poáceas (o gramíneas) por la que lleva la discreción hasta en su nombre. Así que no es de extrañar que pase desapercibida, como la mayoría de las más de noventa especies que he llegado a distinguir por estos alrededores, para quienes busquen la espectacularidad de las flores de otras familias de plantas.

Poa trivialis
    Las Poa trivialis, como cualquier planta, hierba o árbol, disponen de flores, no especialmente llamativas, pero eficientes para producir semillas para la pervivencia de la especie. ¿Será que tienen “conciencia” de pervivencia, de verse en grupo más allá de la vida de uno mismo? El asunto de la conciencia de las plantas puede parecer una extravagancia, pero llega a tratarse hasta en el The New York Times. Estas flores, con sus elementos básicos: estambres en X y pistilos plumosos, se rodean de lemas, páleas y glumas, equivalentes a pétalos y sépalos, que protegen el desarrollo del proceso reproductor y no gastan energía en odorantes y colorantes. ¡Pues, vaya, además de concienciadas, eficientes!

Poa trivialis
   ¡Y nos sólo eso! Por si acaso, la trivialis es gramínea perenne que asegura su pervivencia extendiéndose por medio de estolones por el suelo húmedo. Por eso, se utiliza como césped en parques, jardines y campos de golf; hasta ahora, porque con la actual sequía, ya veremos. De esta forma, es frecuente encontrarla silvestre en hábitats frescos y resguardados en la zona templada del globo. 

Poa trivialis
    Por aquí, la trivialis la tengo localizada en la misma orilla del Irati, bajo los alisos, más allá de El Cascajar, buen sitio para almorzar las mañanas de verano. En ese punto, difícilmente las ovejas van a acercarse a pastar por ahí; salvo que hayan ido, lo dudo, a clases de natación. Sin embargo, cualquiera de sus partes, incluidas las semillas, son alimento para varias especies de insectos, como orugas de mariposas, escarabajos, saltamontes o chinches, especies que se dejan ver por aquí, para disfrute de niños con cazamariposas. ¡Quien sabe! Puede que así se aficionen a ver las plantas como seres vivos y lleguen, de mayores, a observar los siete pares de cromosomas (2N=14) que tiene estas poáceas, en los que quizá radique su conciencia.

Poa trivialis
Las poáceas, una familia de plantas tan discretas como imprescindibles en la dieta

Poa trivialis

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