Espinas
punzantes, guardianas de semillas saludables
Silybum marianum |
Silybum marianum |
Bien es cierto que, para que el cardo mariano no pasara desapercibido, una buena parte de la plana la ocupaba la foto de una joven investigadora de rasgos orientales, la valenciana Lucía Zhu, que miraba de frente al lector y que obligaba a dejar para leer más tarde la privilegiada plana derecha con un mareante reportaje ¡ja, ja! sobre “La vida bajo presión del 'dj'”.
Silybum marianum |
Pues bien, tamaño honor se debe a que el cardo mariano, según se ha estudiado, posee en sus semillas volanderas multitud de componentes, entre los que figura uno cuyo nombre se ha tomado del nombre botánico (silybum), la silibinina, y cuya sola formulación química sí que es mareante. Y he aquí que la silibinina es en este momento objeto de interés farmacológico a raíz de comprobarse que tiene efectos favorables en el tratamiento de tumores diversos, especialmente cerebrales, rebeldes a tratamientos de quimioterapia convencional.
Silybum marianum |
No es que las semillas del cardo mariano sean una novedad en los tratados de plantas medicinales, no.
En un documentado tratado de Plantas medicinales, los profesores Peris, Stübing y Romo se extienden sobre los componentes de las semillas agrupados en el producto complejo llamado silimarina y que tiene efectos protectores sobre el hígado (pág. 211). Estos efectos, conocidos desde antiguo, se refieren tanto a hepatitis crónicas o cirrosis, como a intoxicaciones por setas de los géneros amanitas o lepiotas.
FRUCTIBU S E T SEMINIBUS PLANTARUM Joseph Gärtner |
Y hablando de semillas, tengo que apuntar que esta
especie fue descrita Joseph Gärtner en 1791 en el tratado sobre frutos
y semillas (pág. 378), que le ha valido para que, junto al nombre de esta
planta, aparezca también el suyo y que se le considere el iniciador de la
carpología, estudio de las semillas, por su descripción y la minuciosidad de los
dibujos que figuran al final de tratado.
En
cuanto al nombre del género, silybum, Gärtner prefiere escoger uno distinto al
de los cardos, contra lo hecho por Linneo. Recurre, pues, al empleado por Sebastien Vaillant
en la enumeración de plantas de su Botanicon
Parisiense (pág.28), y que ya aparecía en textos romanos (Teofrasto,
Historia de las plantas (VI-4-607)
y que siguen utilizando los botánicos.
Silybum marianum |
Y, por último, bien pudiera ser que los variados usos medicinales del cardo mariano, legendarios o ciertos, hayan contribuido a sacar esta planta de su ámbito originario a orillas del Mediterráneo y a difundirla por amplias zonas templadas del planeta.
Tras una apariencia espinosa, se esconden virtualidades no
apreciables al tacto
Silybum marianum |
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