Un candelabro vegetal de verano para la época menos luminosa
del año
Verbascum lychnitis |
Verbascum lychnitis |
Casa Casla era la tienda de ultramarinos del barrio y no sé
por qué la asocio hoy con Cuento de Navidad.
Tenía un largo mostrador con un distribuidor de aceite en el centro, un largo
aparador con muchas baldas en las que Migeltxo, el dueño, exhibía tarros y
botellas y por el suelo del local se alineaban sacos con la boca abierta de
azúcar, arroz y legumbres, en los que brillaba una paleta de metal para llenar
los zorros de papel. Para tener todo aseado, en el techo había, junto a la
bombilla, una tira pegamoscas retorcida; en el suelo, un par de ratoneras y en
un rincón una gran escoba de fibras. Migeltxo, persona eficaz, desconfiaba de
la probada eficacia del gordolobo (suave lana) para
ahuyentar moscas y ratones, claro está.
Verbascum lychnitis |
Ahora, pasado el tiempo, tengo por seguro que Migeltxo se
interesaba por las verduras en cuanto que tenían valor comercial, no por sus
posibles valores higiénicos. Este gordolobo ramoso con forma de candelabro
(lychnitis) es muy capaz de servir no de lámpara sino de ahuyentador de
animalitos diversos, merced a algunos de sus 32 componentes activos, que afectan a los
riñones, el crecimiento y a otras funciones vitales, según lo tienen bien
aprendido roedores y dípteros familiares.
Verbascum lychnitis |
Estos
efectos han alertado sobre sus posibles usos medicinales, confirmados en la
medicina científica, una vez analizados sus múltiples componentes: taninos,
flavonoides, carotenos o triterpe-
nos, todos ellos asociados a los efectos
saludables de las frutas. Se ha empleado
con aplicaciones tópicas como emoliente de fo- rúnculos, como colutorio para
suavizar la tos y las anginas o como antiinflamatorio intestinal. Nada de esto
supuse, claro, cuan-
do vi hace años este gordolobo o barbasco (por lo barbado de
los estambres) en un rincón inculto, en el triángulo de Entrambasa-
guas, entre el
Aragón y el Irati.
Verbascum lychnitis |
Esta diversidad de elementos químicos hace que el gordolobo sea adecuado para el desarro-
llo de
varios vivales, a quienes les sientan estu-pendamente las hojas, las flores o
los tallos. Así, en las hojas se han encontrado hongos, incluso del género
Xilaria, propios de la made-
ra, lo que ha sido novedoso
para los micólogos. La grisácea mariposa
nocturna Shargacucullia lychnitis, por alimentarse también de las hojas en su
espectacular fase colorista de oruga,
se lo lleva en el nombre después de visitar las flores. Incluso, una especie de
mosca,
durante su fase de larva, deja huellas de haberse alimentado con las hojas que
evitará de adulto.
¡Lo que hay que ver!
Verbascum lychnitis |
De ver, deben de ser los gordo-
lobos por toda la Europa occi-
dental, sobre
todo. No es de extrañar, pues, que figure en los listados de numerosos jardines
botánicos, estén en Málaga, Oslo o Gante.
Bien es verdad, que en el norte, predomina la variedad que tiene flores
blancas, que por aquí no se da.
Esto y su gran porte ha interesado a los jardineros
para situarla en los arreglos entre otras plantas de menor tamaño, alegrando por
unos días rincones soleados.
Entre cuentos, cantos y adornos luminosos navideños,
una planta con forma de candelabro mezcla recuerdos
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