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lunes, 30 de junio de 2014

PRUNELLA HYSSOPIFOLIA

Hay caminos abandonados y resecos que sorprenden con el colorido de sus flores

Prunella hyssopifolia

Prunella hyssopifolia
Hasta hace unos días no había reparado en esta especie de prunela, palabra de origen incierto, y que no parece tener correspondencia ni en castellano ni en euskera. Andaba por una senda hacia la muga con Aragón y ya había pasado junto a prunelas blancas y azules, frecuentes en Liédena, cuando algo me hizo mirar hacia aquellas matas de prunelas más claritas. Estaban sobre la pista trazada para la construcción del canal que sale del pantano y ahora olvidada. 

Prunella hyssopifolia


Era una de las especies de prunelas que no había visto hasta ese momento, la hyssopifolia.
Tiene las hojas estrechas, como las del hisopo, planta mediterránea de hojas alargadas que ha servido para designar varias especies de plantas con hojas similares. El hisopo ya no crece por esta zona de la península. Quizá su progresiva desaparición llevó a la creación del artilugio empleado en las ceremonias litúrgicas para repartir agua bendita; esto es, con funciones benéficas similares a las de un ramo aromático de esta planta medicinal puesto a remojo.

Prunella hyssopifolia
Prunella hyssopifolia



He podido localizar sólo escasas referencias del empleo de esta planta en farmacia o medicina popular; así que por este lado no corre peligro de extinción por recolecciones abusivas. Como otras plantas de flores labiadas, contiene ácido rosmarínico, ácido encontrado en el tomillo (rosmarinus officinalis) en 1958 y utilizado en el tratamiento del VIH. Coincide con el té verde por alguno de sus componentes  en sus propiedades antioxidantes y medicinales.









Prunella hyssopifolia

No es una planta abundante en la zona media de navarra, pero tampoco rara. Y así fue como la volví a ver el domingo durante la excursión que hicimos por Bigüezal los amigos de las plantas de Gorosti. Por Los Apaúles, ente orquídeas y en zona húmeda, esta prunela florecía sin desmerecer de esas otras flores con pedigrí. Allí coincidimos con un grupo de franceses venidos de Pau a ver las orquídeas del humedal. No creo que hicieran el viaje por la prunela.



Ver flores con tal variedad de colorido y de formas resulta un buen estímulo para pasear por caminos tanquilos y solitarios

Prunella hyssopifolia

viernes, 23 de mayo de 2014

ROSA CANINA

De un capullo se espera una rosa; de una rosa, maldita la cosa

Rosa canina
Rosa canina


El paso por el vado del cascajar debió de ser uno de los lugares utilizados para vadear el Irati. El camino que conducía a él desde El Saso aún se pude apreciar, pero ya no es practicable: la parte baja está cubierta por una rosaleda infranqueable. 
Está visto que las rosas silvestres que lo han ocupado se adaptan bien al clima de esta zona y al suelo de arcillas y margas.
Rosa canina









Es una de las pocas flores que da nombre a la planta, el rosal; lo habitual es que el nombre se dé a la planta entera con sus hojas, ramas, raíces y flores. Además, la forma de los frutos también tiene nombre específico: cinorrodón; el conocido tapaculos o escaramujo, dicho más fino. Bueno pues, cinorrodón en griego viene a ser “rosa canina”, con lo que estamos donde estábamos, en “maldita la cosa”.








Me llama la atención que el color de estas flores sea el blanco, que no se corresponde con lo que entendemos ahora por color rosa. Así pues, rosa es una palabra polisémica, con doble significado: flor y color, que no resultan concurrentes. Por una parte, el origen del nombre de esta flor es remoto y ha pasado por varias lenguas antes de llegar al latín de nuestros sudores: rosa - rosae. Mientras que el color rosa, como rojo desvaído, no interesó hasta mediados del S.XIX, por aquello de distinguir a las niñas de los niños. 
Y aquí la pregunta ¿pero existe el rosa?  
Cinorrodones de Rosa canina



Estas sencillas rosas blancas resultan inodoras, que no inofensivas. Algunos estiman que el nombre de la especie, canina, hace referencia a los colmillos de los canes por la similitud con las espinas de los tallos. Otros, creen que lo de canina es porque servía para tratar la rabia. 
Ante lo incierto de la referencia, prefiero imaginar que nos habla de las estrellas y sus constelaciones: los canes del firmamento, que en nuestro hemisferio ya han aparecido, las miran florecer en mayo y siguen su rumbo estelar en la canícula


Rosa canina


La identificación de esta flor con su nombre se ha mantenido a lo largo de los siglos y los países. No le ha ocurrido lo que a otras, que la multiplicidad de nombres locales ha llevado a aplicarlo a plantas bien distintas. No podía haber error: era la planta empleada con eficacia para tratar la cicatrización de heridas, la diarrea, el escorbuto o como colirio ocular. 





Sin fragancia y sin color, la canina nos puntea las mañanas olorosas de mayo
  
Rosal de Rosa canina

martes, 13 de mayo de 2014

SALVIA VERBENACA

La alegría de la primavera también está en las flores corrientes

Salvia verbenaca
Salvia verbenaca


¿Y dónde no te encuentras con estos tallos con flores azuladas? En los ribazos, en las cunetas de los caminos, en los cerros de Laiazeta, en la era de la escuela o en los herbazales de La Granja, por ahí están tomadas estas fotos. Sí, florecen con profusión. Están muy vistas y no parecen gran cosa desde la altura de los ojos del paseante, pero ¡quia!, son una de las salvias, salud, y con nombre de verbena, otra vez salud y fiesta.




Salvia verbenaca




La relación de esta salvia con la salud es antigua y, como lo suelen ser los remedios empleados por la medicina popular, con aplicaciones bien diversas. Con todo hay un empleo peculiar: ¡aclarar la vista! No he llegado a saber con seguridad la circunstancia, pero sí el procedimiento: se levanta el párpado del ojo poco claro y se colocan bajo el párpado semillas de salvia. Se espera que, por el movimiento del ojo y por la acción de los mucílagos de las semillas, la vista quede clara y radiante. ¡Incómodo, sí; pero imaginativo, también!


Bombus libando en Salvia verbenaca


Los insectos, claro, se interesan por esta salvia, así que ¡cómo dudar de su inteligencia! Se han detectado varios cinípidos que alteran los carpelos de las semillas y producen agallas específicas, con lo que se han ganado llevar el nombre de esta planta. Otros insectos, los abejorrros o bombus, intervienen en la fecundación mediante el transporte de polen. Asunto éste, interesantísimo para los entomólogos, quienes han llegado a medir el tiempo de pecoreo y la longitud de las trompas de los bombus.



Salvia verbenaca




Ocurre que la salvia se autofecunda con mayor éxito al tercer día del desarrollo de la flor, pero agradece que se la visite esos días. Además, los botánicos han observado que la fecundación con polen de otras plantas produce semillas mayores. Pero no solo eso, sino que también influye el piso en que florecen: cuanto más alto, semillas más lozanas. 
Si precisos son los entomólogos, no lo van a ser menos los botánicos, que en los detalles está la ciencia. 





Salvia verbenaca


Y por si fuera poco, aunque me parezca que las flores son iguales, sólo lo son aparentemente. Difieren en tamaño y en sus caracteres sexuales: hay flores hermafroditas y flores sólo femeninas. Ahora que lo he leído, me ha parecido que no todas las flores tienen dos estambres asomando bajo el labio superior. Para que luego se diga que lo usual, incluida la forma de familia clásica, es lo natural.







Si flora es naturaleza, lo multiforme y diverso es lo natural. ¿O no?


Salvia verbenaca

domingo, 27 de abril de 2014

GENISTA HIPANICA

El sol en las flores de las aliagas y el color en el paisaje

Genista hispanica

Genista hispanica


Subía con cuidado el martes por el empinado Paco de la Padul, evitando pisar los canales de agua que corren entre la hierba. En un punto del sendero, las aliagas me salieron al paso, así que me paré a examinarlas y de paso... a tomar aliento. Estas aliagas (otabera en euskera), como sus hermanas las ollagas, son de mírame y no me toques, pero en plan amable: pelosas, flexibles y menos lacerantes... de momento.
Genista hispanica







La aliaga es una planta leguminosa de hábitat hispano. Y, aunque aún ahora es frecuente, debió de ser más abundante cuando las ardillas cruzaban la península saltando de árbol en árbol y era algo más húmeda. Al menos por aquí florece en zonas herbosas, como lo es este paco inclinado hacia el norte y húmedo hasta en verano.



Genista hispanica




La jardinería decorativa coloca aliagas entre las rocallas en zonas luminosas. Este uso decorativo es antiguo si tenemos en cuenta que, según el botánico Joseph Quer, ya en el S.XVIII se plantaba en los Jardines Reales y del Buen Retiro. Pero, dado que para gustos los colores, hay algún paisajista que en repoblaciones prefiere los pardos a los amarillos; aunque espera que se mantenga "la rica composición de especies y cromatismos".

Genista hispanica







Esta especie, amiga del sol, tiene al fuego por enemigo, pero... ¡bah! Parece que, tras los incendios, es una de las plantas que antes se regenera, bien sea a partir de la raíz que no ha sido afectada, o bien, si el fuego ha sido intenso, a través de las semillas. Así, los paisajistas que cuidan del entorno de los monumentos prerrománicos del Naranco en Asturias no han necesitado un gran esfuerzo para mantener vistoso este espléndido paisaje, tras el incendio de hace unos años.
Genista hispanica








Aunque en el texto de J. Quer, se enumeran los usos medicinales populares conocidos en el momento, no es hoy día una planta que aparezca en los catálogos de la medicina alternativa. Sólo hay alguna referencia al empleo mágico de la aliaga en el Alto Aragón. Los tallos espinosos servirían para encender el hogar y estas llamas quizá ahuyentaran a los diablos.





Ramilletes de papillones, mariposas amarillas, 
para amenizar los paseos por los pacos y alcores.

Genista hispanica

viernes, 4 de abril de 2014

PRUNUS SPINOSA

Blanco para mí, amarillo para ellos, un licor rojizo y un cadáver milenario

Prunus spinosa
Prunus spinosa


Uno de los gozos de quienes huyen estos días del mundanal ruïdo es ver florecidas las matas de endrinos y percibir su fragancia. Habrá a quien estas matas de un blanco espléndido puedan parecen uniformes sábanas de pétalos. Sin embargo, a los ocelos de los insectos que perciben la luz ultravioleta les deben resultar de un deslumbrante color amarillo
Pero, ¡cuidado con entrar en competencia con los variados insectos que se nos hayan adelantado, que algunos tienen aguijón! 




Prunus spinosa

Estas flores no emplean su propio polen: requieren la visita de los insectos que les traen el polen de otras plantas. Parece que esta forma de polinización tiene ventajas para la  supervivencia de esta especie, que es resultado de una hibridación exitosa
Y suerte, sin duda, han de necesitar los endrinos para sortear las heladas de la primavera, el ataque de pulgones, orugas o arañas y llenarse de arañones en otoño.


Prunus spinosa



Tengo oído que en casa de mi abuela los trastornos digestivos de los niños se trataban con un vasito de pacharán, licor de endrinas. Sería un tratamiento contundente, propio de los tiempos de palo y tente tieso. El nuestro, sin embargo, fue un tiempo más flexible: tiempo de zapatillazo y kina San Clemente
Con todo, las abuelas no andaban muy descaminadas viendo algunas propuestas homeopáticas que lo toman por elixir.




Prunus spinosa

Dada la amplia difusión del endrino por toda la península, tiene incontables nombres en castellano. Esto mismo ocurre en euskera, donde la mata se toma por otra forma de espino, elorri: unas son elorri zuria, espino albar, y otros son elorri beltza, el endrino. Esta proximidad entre estas las dos plantas se considera en minuciosas investigaciones sobre los componentes químicos de sus frutos, presentados de forma paralela y contrastada. 

Prunus spinosa
Los arañones, que a mí me resultan incomestibles, estaban incluidos en la dieta en tiempos prehistóricos. Y esto se conoce porque sus güitos aparecen en la crónica negra más antigua de la que tengamos noticia en Europa. Ötzi, el asesinado hombre de las nieves suizas, ha conservado en sus entrañas durante cinco milenios las semillas del endrino que había comido antes de quedar yerto en la nieve atravesado por una flecha.

Prunus spinosa




Si la astringencia del arañón no ha sido óbice para hacerlos comestibles, 
sus pinchos no van a impedirme que en otoño les meta mano… 
enguantada, por supuesto.

    
Prunus spinosa

martes, 18 de marzo de 2014

SCANDIX PECTEN-VENERIS

El peine de Venus peina los vientos bajo los almendros

Scandix pecten-veneris
Scandix pecten-veneris
Bajo los almendros, ahora floridos, próximos a la vía verde del tren del Irati, ya han aparecido estas plantitas en la tierra labrada. Tienen flores con cinco pétalos blancos, pero uno llamativamente mayor que los demás. El tamaño de sus frutos será otra curiosidad: se alargarán de manera desmesurada en relación con la pequeña zona ocupada por las semillas. De esta manera las florecitas tomarán la forma de peineta, peine de Venus (pecten-veneris), con largas púas (scandix) o agujas de pastor.

Scandix pecten-veneris

El peine de Venus se considera una planta arvense, una de esas plantas que aparecen en los cultivos como la primavera, sin que nadie sepa cómo ha sido. Dicho de otra manera, es una maleza, una mala hierba que hay que erradicar por lo civil o lo militar,  con herbicidas o con la azada. Empero, las plantas arvenses tienen aspectos favorables que los trabajos agrícolas actuales desaprovechan por mor del resultado inmediato.


Scandix pecten-veneris
Puede parecer que, por conocidas, los botánicos desatienden las plantas arvenses, salvo para tesis doctorales. Pues no; muy al contrario, el estudio de las malas hierbas es una rama vigorosa de la botánica aplicada, la malherbología. Esta rama está cuidada por un amplio espectro de colectivos como son los ecólogos,  los laboratorios de empresas multinacionales del sector agrícola o la universidad y sin olvidar a los malherbólogos de la SEMh.


Scandix pecten-veneris

Por aquí, además,  es corriente ver los peines de Venus en los bordes de los sembrados a los que no ha alcanzado el herbicida, junto a otras plantas segetales. Este conjunto de plantas están sufriendo una notable recesión por la eficacia de los productos que tratan de evitar su desarrollo, en competencia con el de las mieses. Así, en zonas de Aragón se ha constatado la práctica desaparición de esta especie en los cultivos.

Scandix pecten-veneris




La desaparición de estas especies arvenses por las prácticas agrarias afecta a la beneficiosa diversidad de plantas e insectos y puede resultar contraproducente a medio plazo. Además, provoca que sean otras plantas más resistentes las que ocupen su lugar, con lo que la eficacia del sistema será costosa de sostener. Se plantean, por tanto, opciones alternativas sostenibles que protejan los cultivos agrícolas y pongan a su servicio las plantas arvenses, considerando sus aspectos beneficiosos.





Visto lo cual, “más vale malo conocido que bueno por conocer”,
 ¿es idea conservadora o conservacionista?
Scandix pecten-veneris

martes, 11 de marzo de 2014

LAMIUM AMPLEXICAULE

LAMIOS, CONEJITOS, GALLITOS, ORTIGA MUERTA... NOMBRES VARIADOS DE ESTA FLORECITA

Lamium amplexicaule
Lamium amplexicaule



Estamos disfrutando de unos días soleados, ahora que se nos va otro invierno tormentoso y lluvioso. En estos días templados de marzo estoy viendo florecer almendros, margaritas, verónicas, violetas o lamios: son las plantas que nos prometen un nuevo ciclo vegetativo y floral. 
Por aquí, los lamios son de las primeras plantas de cubrirse de flores y en el camino del trujal pugnan por hacerse ver entre las estelarias. Pero pronto, al comienzo de la primavera, los veremos en cualquier lugar despejado, al borde de los sembrados o bajo los almendros. 





Lamium amplexicaule




Estas plantitas tienen una amplia difusión por todo el mundo, al norte o al sur, al este o al oeste, en Noruega o Argentina, en Marruecos o Australia. 
La distribución global se refleja en los miles de páginas web que la mencionan, en los estudios que analizan sus componentes o en los libros que la  describen  .



Lamium amplexicaule




Nuevamente, su pequeño tamaño puede hacer que pasen desapercibidas a los paseantes de la foz, pero vistas de cerca les resultarán sorprendentes. Los lamios me recuerdan a un nido del que asoman los picos abiertos de los pollitos por encima de sus largos cuellos (lamios en griego). Con este aspecto curioso, o el de conejitos orejudos, los blogueros aficionados a la fotografía o a la botánica de cualquier parte del mundo lo recogemos en incontables páginas.




Lamium amplexicaule







A nosotros nos pueden pasar desapercibidos, pero los insectos himenópteros los tienen muy en cuenta: las abejas liban el polen y de paso fecundan los pistilos y las hormigas recogen y diseminan las semillas en cuanto caen. No hay duda que contando con tan abundantes y laboriosos amigos tienen asegurada su difusión planetaria, pese a contar con encarnizados enemigos.

Lamium amplexicaule



Curiosa me puede parecer a mí, pero para los agricultores es una maleza y la  persiguen sin descanso con variados herbicidas que destruyen sus hojas. En el mismo empeño, aunque por medios bien distintos, se ha ensayado evitar el empleo de herbicidas mediante la solarización de los terrenos hortícolas dedicados a cebollas o tomates: se presenta como como un sistema no contaminante que dificulta la germinación de “malas hierbas”, incluidos los lamios.




  

       Por fortuna para los lamios y para los que los contemplamos, 
aún no se ha llegado a cubrir de plásticos el planeta.

Lamium amplexicaule