Lejanos ecos de una blanca trompeta vegetal
Calystegia sepium - Corregüela mayor - Ezkerte zuria |
Calystegia sepium - Corregüela mayor - Ezkerte zuria |
Era
una tarde cualquiera en la lavandería de la clínica con olor a jabones y lejía.
En el gran bombo la ropa de los enfermos gira y, a cada vuelta, sale el agua
jabonosa por los orificios gorgoteando. Un niño rubito corre y ríe entre los
grandes hábitos blancos de las monjas ocupadas en vigilar la ruidosa máquina y en
poner las sabanas entre los rodillos de planchar. Las monjas lo esconden bajo
sus haldas y, mientras se lo pasan de unas a otras, preguntan juguetonas dónde
se estará. Era la diversión de algunas tardes al salir de la escuela, antes de
ir a jugar con los niños del barrio.
Aquellas grandes sayas campanudas se me enredan
en el recuerdo con estas grandes flores blancas de tallos envolventes.
Calystegia sepium - Corregüela mayor - Ezkerte zuria |
Estas grandes gorretillas, corregüela mayor, ezkerte zuria en euskera, llevan en el nombre el detalle que las distingue: la corola blanca tiene en su base el cáliz con dos brácteas en forma de tejado a dos aguas, calys-tegia en griego. Además, el nombre específico alude a la habilidad de sus tallos para enroscarse por los tallos de los setos, sepium, en sentido antihorario, hecho poco frecuente en plantas trepadoras.
Por aquí, más que por setos, la he visto encaramarse por
los tallos de hierbas, carrizos y las colas de caballo, abundantes en el
barranco de las Tres Fuentes.
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Este nombre, calystegia, tan griego y descriptivo se lo inventó el médico y botánico escocés Robert Brown (1773-1857). Este médico y botánico, en un viaje similar al que años más tarde efectuaría Darwin, pasó varios años en la costa australiana recolectando plantas, que al regresar analizó, clasificó y cuyos resultados publicó en 1810 en un Prodromus (ver pag. 483).
Brown, además de examinar plantas al otro
lado del mundo, observó en el microscopio el movimiento de partículas
contenidas en una gota de agua atrapada en una roca ígnea de cuarzo. No podía
ser algo vivo, pero se movía. A este fenómeno se le llamaría luego movimiento
browniano y daría pie a la confirmación de la naturaleza atómica de la materia.
Calystegia sepium - Corregüela mayor - Ezkerte zuria |
Mientras tanto, estas gorretillas, a lo suyo siguiendo el mandato universal: creced y multiplicaos.
Parece ser que ésta es la
única calystegia que es autocompatible, que se puede autofecundar, pero
curiosamente necesita de insectos
para hacerlo. Y a la vista está que éstos dejan con frecuencia el sello de su
dentadura.
Otros visitantes no son tan aparentes, como lo es el virus del
mosaico del pepino. Este virus en las plantas, como en los humanos otros virus,
no tiene tratamiento y desde las gorretillas se puede transmitir a todo tipo de
hortalizas.
¡Y hasta ahí podríamos llegar!
Calystegia sepium - Corregüela mayor - Ezkerte zuria |
Pero erradicar estas grandes gorretillas no es sencillo: se defienden. Por de pronto, los tallos llegan a crecer hasta cuatro metros en un verano y hay momentos que crece a centímetro por hora. Las raíces se propagan mediante rizomas, de los que crecen nuevos tallos, llegando a desarrollarse hasta dos metros por temporada. Por otra parte, la raíz se hunde en terreno húmedo a tanta profundidad como la altura que alcanza.
Sin herbicidas eficaces,
se ha recurrido a otras plantas para frenar su expansión en las huertas, como
el trébol de los prados, o a hongos que actúan como herbicidas, micoherbicidas.
La
vida sigue, las plantas crecen, los capullos de despliegan y los niños se hacen abuelos
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