De serratula a klasea y hasta los universales platónicos
Serratula o Klasea pinnatifida |
Serratula o Klasea pinnatifida |
El
miércoles pasado fuimos de excursión al Alkurruntz, pasando por los hayales y
los rasos del Baztán. Entre brezos y argomas, vi que florecía la pequeña serrátula del tintorero, que no se da en el pueblo.
Por aquí, la que veo en verano cerca
del Corral de Alzueta, por Yesa, Javier o por el pinar del Otro Lado de Liédena, es la
pinnatífida. Suele tener mayor tamaño y creo que me dice: mírame y no me
toques… que te pincho.
Serratula o Klasea pinnatifida |
¡Ya! Pero me encuentro con que, viendo las agujas del
borde de las hojas y las brácteas, no me figuro ni sierras ni peines, como debería
de ser según su nombre. Así que, bien puedo suponer que este detalle y otras
características diferenciales, como es el número cromosómico, ha llevado a los
botánicos a cambiarle el nombre y situarla en otro género: ahora es una klasea.
Klasea pinnatifida con sendas Zygaena |
La
palabra klasea no se corresponde con ningún nombre vulgar de planta alguna. Al
parecer, es una propuesta exitosa del botánico Henri Cassini en
memoria de otro botánico Klas Alströemer, quien también estudió la flora del sur de la
Península Ibérica. Así, todo queda en casa y para eterna memoria.
Ahora bien, si la propuesta de nombrar las plantas con dos palabras latinas trataba evitar la multitud de nombres locales, habrá que decir que el éxito ha sido solo relativo. Este loable intento de universalidad no contaba con el factor humano y con su tendencia a la discrepancia y diversidad, constada desde tiempos tan remotos como construcción de la Torre de Babel.
De esta manera me encuentro que esta planta llega a tener siete sinónimos botánicos: varía entre ser un cardo, un cirsium, una klasea o una serratula, además de sus variantes específicas correspondientes.
Klasea pinnatifida con dos Oxythyrea funesta (escarabajo del sudario) |
Parecería que hasta a los botánicos les resultara difícil mantener la unidad dentro de la diversidad; les debe pasar como a las plantas, que nos resultan tan atractivas por ser tan diversas. Además, la multiplicidad de formas florales se considera valiosa, dentro de uniformidad de los elementos básicos que forman una flor. Puedo pensar, entonces, que las tensiones entre uniformidad y diversidad, entre universalidad y variabilidad, tienen bases biológicas más sólidas que las meras controversias dialécticas.
¡Qué
horror! ¡Hasta dónde llega uno al tirar del hilo de la nomenclatura!
Debe de
ser por la depre otoñal
También se da esporádicamente por el camino del Gurugú hacia el barranco de Peñalen en Funes, ribera del Arga
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