El hipericón, la hierba de San Juan, para curar las heridas
del alma o del cuerpo, ¡qué más da!
Hypericum perforatum |
Hypericum perforatum |
Este verano mi
amiga Encarnita no había encontrado hipericones en los alrededores de Carrión, me
dijo; pero que ya había conseguido algunas flores de cerca de los Picos de
Europa.
Hypericum perforatum |
Me enseñó una botella con aceite de hipérico, que
emplea para cicatrizar heridas, aliviar quemaduras y tratar ampollas. Le he
prometido que el próximo año le traeré flores para su aceite y semillas para su
huerto.
Hypericum perforatum |
En el pueblo no tenemos escasez de esta planta. La encuentro por lugares
bien diferentes: entre la hierba del pinar de El Castellón, en las huertas
abandonadas junto al Irati o en los faitíos de Laiazeta. Las hojas perforadas
la hacen fácil de distinguir. Desconozco si por aquí se emplea para elaborar
remedios caseros, si bien no he visto que haya quien la recolecte.
Hypericum perforatum |
Ha debido de ser una planta muy popular, a jugar por la cantidad de nombres con que se la conoce. Según Flora Ibérica, en euskera tiene seis: asiki-belarra, bioztxua, espai-bedarra, likurusma, milazuloa, santio-belarra. Algunos de estos nombres se relacionan con lamentos, tintes o agujeros, haciendo alusión a sus empleos o caracteres. En castellano, entre sus muchos nombres, quizá el más común sea ʿhierba de san juanʾ, nombre que también reciben cuatro plantas en nada parecidas: la ʿmil amoresʾ, el ʿtomillo de burroʾ, el ʿcantuesoʾ y el ʿalmaroʾ (F.I. dicit).
Hypericum perforatum |
La multitud de usos
caseros ha llamado la atención de botánicos y químicos, quienes siguen
investigando su hábitat, componentes, aplicaciones y desarrollo. Estas investigaciones
se realizan en lugares tan distantes geográfica y mentalmente como pueden ser la
Universidad de Massachusetts en EE.UU o la Universidad Islámica Azad en
Irán.
Hypericum perforatum |
La medicina popular la ha utilizado en ámbitos tan dispares como el
tratamiento de la depresión
o alteraciones en la piel. Actualmente las investigaciones se desarrollan en
una amplia variedad de campos, como dan idea las 1.710.000 entradas que
aparecen en «san google» cuando se apunta: ʿhypericum perforatum compositionʾ
Bien se puede creer que el ʿbálsamo de fierabrásʾ de Don Quijote, y no el ungüento blanco de Sancho, fuera el aceite de hipérico que tiene mi amiga y que agradecerían los pies de los peregrinos a su paso por Carrión.
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