Narcissus assoanus |
Al llegar la primavera, estos pequeños narcisos amarillos florecen en los carasoles, faitíos y pedregales o por los senderos de la sierra. Entonces ofrecen sus colores brillantes y suaves olores a los paseantes.
Narcissus assoanus en un pedregal |
Narcissus assoanus entre tomillos |
Narcissus assoanus: la corona de los dioses del infierno |
La discreta fragancia de estos narcisos nos lleva a la ensoñación de los buenos perfumes.
Pero, son sus bulbos los que nos conducirán al sueño profundo de los narcóticos. El nombre (nárkissos) alude a su cualidad narcotizante, conocida desde la antigüedad.
El filósofo griego Sócrates la consideró "la corona de los dioses del infierno".
En Francia fue un remedio antiespasmódico, para los árabes era un afrodisíaco o con su aceite se trataba la calvicie.
Actualmente se estudian sus efectos para combatir el Alzheimer.
Narcissus assoanus |
El nombre de la especie, assoanus, se escogió para honrar a Ignacio Jordán De Asso (1742-1814). Este ilustrado aragonés fue uno de los primeros científicos en seguir el sistema de nomenclatura y clasificación binomial de plantas propuesto en 1753 por el sueco Carl Nilsson Linaeus, al aplicarlo a la flora aragonesa.
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