Malezas entre los sembrados
Sheerardia arvensis |
Sheerardia arvensis |
Hete aquí que hace unos días el dichoso y controvertido glifosato ha tenido otro momento de gloria informativa al recibir
de la Unión Europea la prórroga por cinco años de la licencia para figurar en
la composición de herbicidas empleados en su espacio
de referencia.
El alboroto que ha seguido a esta concesión no ha permitido una
vez más escuchar el parecer de quienes resultan más directamente afectadas:
¡las
malezas mismas!
Sheerardia arvensis |
-Pero, vamos a ver: ¿quién pude tener el cuajo de llamar
maleza a una planta tan de campo, tan arvense, como es esta humilde preciosidad
vegetal, que por no tener no tiene ni nombre doméstico?
-Pues, para cuajo, el de los mexicanos, sin ir más lejos; y alejándonos más, no van a ser menos los australianos.
Como se ve, ha resultado que la sheradia, aprovechando la
difusión de cultivos de cereales, se han extendido desde el Mediterráneo por buena
parte del mundo.
Sheerardia arvensis |
¡A
ella le van a venir con herbicidas!
A ella que, por no defenderse, ni ha
desarrollado alguno de esos productos bioquímicos con los que otras plantas se
defienden de sus devoradores y que las hacen de interés medicinal.
¡Nada! Que parece
que las sherardias (no tengo otro modo de llamarlas)
sólo sirven para añadir un detalle de suave color entre lila, lavanda y fucsia a
los uniformes verdes campos primaverales.
Sheerardia arvensis |
Sin
nombre con que llamarlas, también se encontró Johann Jacob Dillenius (1684-1747), entre el sinfín de plantas que este
botánico alemán, avecindado en Oxford fue el primero en identificar. Dillenius
demostró estar agradecido a William Sherard, que había creado la cátedra de botánica en la
universidad de Oxford y quien le había invitado a establecerse en Inglaterra para
seguir desarrollando sus catálogos botánicos. Así es que Dillenius propuso que
el nombre de esta planta fuera el apellido de su patrocinador, detalle que años
más tarde confirmaría Carlos Linneo.
Sheerardia arvensis |
¡Ah,
se me olvidaba! Entre herbicidas e historias, no he mencionado una curiosidad de
las sherardias, leída en Flora Ibérica:
la ginodioecia.
Con
“este palabro” de la jerga botánica se explica que además de encontrarme sherardias
con flores hermafroditas, con cuatro estambres y un pistilo bifurcado, puedo
encontrarme con flores que solo tienen pistilo.
No he visto en mis fotos lo que
constató
H. Müller; pero todo se andará, dado
el interés de los vegetales por presentarse en las formas más caprichosas.
La controversia sobre la seguridad de los herbicidas seguirá,
pero no más que las sherardias por los campos
Sheerardia arvensis |
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