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domingo, 10 de diciembre de 2017

SHERARDIA ARVENSIS

Malezas entre los sembrados
    
Sheerardia arvensis
Sheerardia arvensis



Hete aquí que hace unos días el dichoso y controvertido glifosato ha tenido otro momento de gloria informativa al recibir de la Unión Europea la prórroga por cinco años de la licencia para figurar en la composición de herbicidas empleados en su espacio de referencia. 
El alboroto que ha seguido a esta concesión no ha permitido una vez más escuchar el parecer de quienes resultan más directamente afectadas: 
¡las malezas mismas! 


Sheerardia arvensis





-Pero, vamos a ver: ¿quién pude tener el cuajo de llamar maleza a una planta tan de campo, tan arvense, como es esta humilde preciosidad vegetal, que por no tener no tiene ni nombre doméstico?
-Pues, para cuajo, el de los mexicanos, sin ir más lejos; y alejándonos más, no van a ser menos los australianos.
Como se ve, ha resultado que la sheradia, aprovechando la difusión de cultivos de cereales, se han extendido desde el Mediterráneo por buena parte del mundo




Sheerardia arvensis


¡A ella le van a venir con herbicidas! 
A ella que, por no defenderse, ni ha desarrollado alguno de esos productos bioquímicos con los que otras plantas se defienden de sus devoradores y que las hacen de interés medicinal. 
¡Nada! Que parece que las sherardias (no tengo otro modo de llamarlas) sólo sirven para añadir un detalle de suave color entre lila, lavanda y fucsia a los uniformes verdes campos primaverales.



Sheerardia arvensis




Sin nombre con que llamarlas, también se encontró Johann Jacob Dillenius (1684-1747), entre el sinfín de plantas que este botánico alemán, avecindado en Oxford fue el primero en identificar. Dillenius demostró estar agradecido a William Sherard, que había creado la cátedra de botánica en la universidad de Oxford y quien le había invitado a establecerse en Inglaterra para seguir desarrollando sus catálogos botánicos. Así es que Dillenius propuso que el nombre de esta planta fuera el apellido de su patrocinador, detalle que años más tarde confirmaría Carlos Linneo.

Sheerardia arvensis



¡Ah, se me olvidaba! Entre herbicidas e historias, no he mencionado una curiosidad de las sherardias, leída en Flora Ibérica
la ginodioecia. 
Con “este palabro” de la jerga botánica se explica que además de encontrarme sherardias con flores hermafroditas, con cuatro estambres y un pistilo bifurcado, puedo encontrarme con flores que solo tienen pistilo. 
No he visto en mis fotos lo que constató 
H. Müller; pero todo se andará, dado el interés de los vegetales por presentarse en las formas más caprichosas.



La controversia sobre la seguridad de los herbicidas seguirá, 
pero no más que las sherardias por los campos
   
Sheerardia arvensis

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