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martes, 28 de octubre de 2025

PICNOMON ACARNA

Picnomon acarna        Azotacristos
Un solo género para una sola planta, controvertida y espinosa
   
Picnomon acarna        Azotacristos

    Ya estamos en la parte fresca del otoño y, revisando fotos, recuerdo las tardes soleadas de finales de agosto. En una de ellas, esperé a que se suavizara el calor para salir a dar un paseo por los cerros de Laiazeta. Desde lo alto veía los chapuzones de la chavalería en la piscina municipal, mientras los adultos se acogían a la sombra del arbolado. Andando entre bojes, coscojas y enebros, terminé bajando a un faitío, que parecía cultivado. Todo el campo estaba cubierto de este tipo de cardo punzante. No es de extrañar que haya quienes le llamen azotacristos, entre otras lindezas.

Picnomon acarna        Azotacristos

    Menos mordaz fue el naturalista griego Teofrasto que en su Historia de las plantas (pág. 103) ya llamó acarna a un cierto tipo de cardo pinchudo (picnomon), quizá más habitual en la región griega de Acarnania. Estos nombres sirvieron al Vizconde de Cassini para zanjar con éxito en 1826 las controversias que durante el S.XVIII se tuvieron  sobre cómo nombrar a esta planta llamativamente espinosa. El detalle del aspecto enmarañado de las brácteas, que rodean a las flores azuladas por terminar en tres agujas, fue determinante para crear este nuevo género con una sola especie para distinguirlo de los cardos. Y ya con los dos nombres, todos contentos hasta el día de hoy.

Picnomon acarna        Azotacristos

    Ver en agosto un campo entero cubierto del azotacristos da idea de lo prolífica y de buen arraigo que es esta planta mediterránea en cuanto la dejan a su aire. Está perfectamente adaptada a situaciones de sequedad extrema, según se observa, incluso, en zonas esteparias y desérticas de Irán. Sin embargo, no rehúsa extenderse por los linderos y los cultivos y beneficiarse de la humedad que corre por las zanjas y el frescor de los cultivos, recibiendo el molesto título de maleza y mereciendo la atención de los creadores de herbicidas. 

Picnomon acarna        Azotacristos

    Estos no paran y, como el glifosato no les parece suficiente, le añaden sulfato de amonio para castigar a los azotacristos. Y ya es casualidad que, también en el mismo Irán, se hayan dado cuenta de que es una planta melífera y que con su polen alimenta a las abejas durante la primavera, junto a otras plantas de floración veraniega. De momento no he tenido noticia de que los ayatolas hayan tenido que sofocar ningún enfrentamiento entre agricultores y apicultores.

Picnomon acarna        Azotacristos

    Afortunadamente, la batalla se ha dado solo en el campo de la investigación. Se ha estudiado que el gorgojo Lixus scolopax se alimenta del azotacristos y puede actuar como un herbicida biológico, regulando la diversidad vegetal. Además, se ha propuesto el uso de compuestos inhibidores del desarrollo vegetal, alelopáticos, como herbicidas naturales, tales como extractos de manzanilla, alcachofa y cáscaras de maní, junto a otros productos. 

Picnomon acarna        Azotacristos

     Así mismo, se han analizado los componentes bioquímicos de los azotacristos y el resultado es que tienen abundantes polifenoles y flavonoides, saludables por su actividad antioxidante celular y por sus efectos antiinflamatorios. Y eso que son punzantes.   

Picnomon acarna        Azotacristos

Está visto que no hay mal que por bien no venga

Picnomon acarna        Azotacristos