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martes, 3 de diciembre de 2013

CONVOLVULUS ARVENSIS

Las campanillas que ni son de bronce ni son lo que parecen

Convolvulus arvensis
Convolvulus arvensis

Ahora que ya no vemos campanillas blancas por los campos, las tendremos durante unos días en los adornos luminosos de las calles y las oiremos en las melodías navideñas. Estas campanillas (para nosotros, gorretillas) en épocas más cálidas se extienden a ras de suelo por los sembrados, bajo los almendros, en los márgenes de las huertas: casi cualquier sitio les parece adecuado para abrirse y enseñarnos su estigma bífido. Como no se las oye tañer, será difícil no pisarlas, aun poniendo cuidado, al andar por el camino de Aspra.





Convolvulus arvensis
Las gorretillas son un primor de sencillez y ritualidad: se van cerrando al atardecer y se abren cuando el sol les puede enjugar las gotas de rocío que han recogido por la noche. Su encanto, con todo, no encandila a los agricultores ni las libra de ser una mala hierba perseguida por los hortelanos. Se ensayan herbicidas y la azada las secciona, pero bajo tierra queda algún rizoma que no tarda en brotar y florecer de nuevo para regocijo de los paseantes



Convolvulus arvensis

Y es que las gorretillas, pese a su aspecto acampanado, no son consideradas como campanillas por los botánicos: son ¡convólvulos!, palabra rotunda, grave, esdrújula, redonda y nada tintineante; vamos, que resuena como la imponente Campana María de la Catedral de Pamplona
Esto de convólvulos les viene de tener tallos volubles, envolventes, enredadores: ¡en fin! de ser unos liantes.



Convolvulus arvensis

El carácter de liante se ve hasta en la interminable retahíla de nombres que le atribuyen en Wikipedia
¡Y falta el nuestro, gorretilla! 
(En euskera, ezkerte o ziurda).
Así no es de extrañar que hasta Plinio y Avicena se liaran al tratar sobre las gorretillas y apareciera su nombre entre los errores botánicos advertidos por Nicolo Leoniceno en el S.XV al comparar textos antiguos.  (J.M.Valderas)





Convolvulus arvensis


Bien es verdad que a los conejos estos asuntos les trae sin cuidado, mientras para ellos sea un alimento apetecible, según tengo oído en casa. Sin embargo, se suele emplear como purgante y no es un plato de gusto ni para el ganado (produce lesiones en el hígado). 
Estas contradicciones afloran también en publicaciones de carácter técnico donde, por ejemplo, tras enumerar nueve aplicaciones medicinales, se concluye que no tiene uso farmacéutico. ¡Pues vaya!




Al margen de polémicas, las gorretillas seguirán a lo suyo y las tendremos floridas en verano, ¡puntuales!

Convolvulus arvensis

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