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viernes, 16 de diciembre de 2016

MEDICAGO RIGIDULA

Leguminosas con formas caprichosas que alimentan el capricho de la vida
     
Medicago rigidula
Medicago rigidula


Llega a su fin el Año de las legumbres, según propuesta de la ONU, y qué atrás se me ha quedado la leguminosa Colutea arborescens con que inicié el año. En este tiempo, se han repetido las calamidades climáticas, la recogida de alimentos y de juguetes, las penurias de las migraciones, el dolor de las muertes y la alegría de los nacimientos. Ha sido un año más, como cualquiera, y hoy termino con fotos de una de leguminosa forrajera, una mielga, la Medicago rigidula, que en el nombre trae resonancia de la Media, el país de los medos de Persia, según el origen que le da el naturalista romano Plinio.
Medicago rigidula








Así que de Media migró a Grecia y, muchos siglos después, de Europa saltó a Norteamérica. Allí, en algún momento del S.XIX, la identificaron por primera vez brotando en la zona de desechos de una fábrica de cardado de lana en Massachusetts. Viendo el mapa de distribución mundial, no parece que fuera recibida al otro del Atlántico con el mismo entusiasmo como lo fue por aquí. Pensaré que fue lo inhóspito del clima, y no las trabas aduaneras o las condiciones laborales de la empresa de cardado, las que impidieran su difusión por USA.
Medicago rigidula





En nuestra zona debió tener valor forrajero para el alimento natural del habitual ganado lanar. Actualmente se estudia su difusión en terrenos baldíos y de secano tratando de reducir la erosión y la desertización, así como el aprovechamiento de los cortafuegos para el desarrollo de vegetación con interés forrajero con la que proporcionar alimentación al ganado de la zona, siguiendo el modelo de cuidado forestal desarrollado al sur de Francia. 
En cualquier caso, las vainas enrolladas que guardan las semillas, características del género medicago, tienen en esta especie una envoltura pelosa y unas prominencias de aspecto algo rígido (rigidula), que no asustan a sus consumidores lanosos.
Medicago rigidula





Además del interés conservacionista y ganadero, esta mielga tiene interés agrícola. El empleo de las mielgas en cultivos rotativos, proporciona nitrógeno al suelo de manera natural, función conocida de las leguminosas. Esta función la realizan por medio de bacterias anidadas en los nódulos de las raíces con las que mantienen una relación de mutualismo: los nutrientes de las plantas les sirven a ciertas bacterias, como las rhizobium, y éstas proporcionan el nitrógeno que las medicagos necesitan para su desarrollo celular. 
Está visto que el comercio cambiario es bastante anterior a los navegantes fenicios.

Medicago rigidula










Esta forma de abonado natural no es la única que se produce en el suelo que alberga estas mielgas. Entre las raíces circulan variedad de lombrices que deben encontrar saludables las bacterias y a su vez orean y abonan el suelo con sus deposiciones. 
Todo esto me da idea de la complejidad de los ecosistemas que nos rodean y que tan impunemente se destruyen por intervenciones humanas difícilmente justificables.








    
       Cantaremos este año: 
La Nochebuena se viene... tururú; el año de las legumbres se va... 
     
Medicago rigidula

martes, 6 de diciembre de 2016

SILENE CONICA

Los misterios de la vida escondidos en una pequeña planta ventruda
                 
Silene conica                        
Silene conica



Estos días de diciembre, en los que desfilan personajes orondos (Santa Claus, Olentzero, Papá Noel), viene al pelo recordar al también rechoncho y mitológico Sileno,  sátiro barrigudo y fiestero, que da nombre a esta planta. 
Los botánicos ilustrados del S.XVIII debieron ver cierta conexión entre la forma ventruda de estos capítulos florales y el aspecto panzudo del sátiro de las silvas. Remataron el trabajo poniendo oportunamente el nombre de cónica a la especie; pero sin tilde, que está en latín.





Silene conica







Esta planta es rara de ver en esta zona. De hecho, éstas son las únicas fotos que tengo de ella, hechas hace más de cuatro años, a finales de abril. Debió de ser una sola planta y solo tenía abierta una flor; las  demás ya estaban marchitas. No la he vuelto a fotografiar. Y son muchas las veces que he andado por Arenas, donde la vi esa única vez. ¿Se habrá extinguido en esa zona tan visitada por pescadores y domingueros?






Silene conica






Es planta de hábitats arenosos y soleados, como es ese punto de la orilla del río Aragón. Espero que no le haya ocurrido lo que en Escocia o Austria, que la dan por perdida y que no llegue a estar en peligro de extinción, como le ocurre en los arenales de Maguncia
Por fortuna, eso no sucede en la costa mediterránea francesa, donde aparece como frecuente entre las plantas de los arenales costeros



Silene conica




Aquella lejana mañana de abril, quizá traté de percibir el aroma de esa flor; no lo sé. De cualquier modo, habría sido inútil. Era media mañana cuando la fotografié y por ser de día no habría percibido fragancia alguna. Sin embargo, si lo hubiera hecho a la luz de la luna, podría haber notado su fragancia. Esta silene es una de las flores que curiosamente son olorosas sólo de noche. Algunas de ellas lo llevan en el nombre, como los dondiego de noche, el galán de noche o la también silene, Silene nutans, que como otras prefieren ser polinizadas por los insectos noctámbulos, cualidad ésta, no exclusiva de algunos humanos.




Silene conica





Me ha sorprendido saber que la bioquímica se haya detenido a examinar esta planta, con bastante más atención que yo ¡claro!, por haber encontrado de interés sus mitocondrias con su ADN mitocondrial. ¡Quién me lo iba a decir! Debe ser llamativamente rápida su mutación mitocondrial y posee el más extenso genoma mitocondrial, datos que se estudian en la evolución de los seres vivos, las enfermedades degenerativas o la herencia femenina, entre diversos asuntos técnicos
¡Cuidado! que esto es como meterse en el Aragón con chancletas; patinazo seguro. 





    
Una oscura fragancia oculta misterios científicos en la arena, a orillas del río Aragón
             
Silene conica

lunes, 14 de noviembre de 2016

ARABIS AURICULATA

La confusión estaba en el Nombre de la "Rosa"
   
Arabis auriculata
    
Arabis auriculata


Aquella tarde de otoño el fray Nicolás se convenció, al fin, de que su mano no tenía la firmeza de antaño y que el trazo le empezaba a temblar. Hacia algún tiempo que notaba que también la vista le resultaba poca clara, sobre todo a la caída de la tarde. Aún era considerado en la abadía un buen calígrafo y conocedor del griego, por lo que le reservaban la copia de textos antiguos en esa lengua. Llevaba tiempo dibujado con esmero las letras pautadas del grueso libro Acerca de la Materia medicinal, Περί ὕλης ἰατρικής , escrito por un médico griego de la época del esplendor romano: Pedanio Dioscorides, natural de Anazarbus, en Anatolia. 



Arabis auriculata







Fray Nicolás había adelantado mucho en su labor y ya estaba copiando la parte referida al poder curativo de las plantas. Escribía Δραβα, Draba, el nombre de una planta entre el lepidio y el saúco, cuando oyó que llamaban a vísperas. No se dio cuenta, pero la falta de luz le había hecho ver una Α donde solo estaba el triángulo de la letra Δ, delta. 
A la mañana siguiente le pareció que le faltaba la ι para ser Δραβια, Arabia. De este modo muy bien podía ser el nombre de una planta que, como otros muchos nombres, hacían referencia al país de origen o en el que abundaban.


Arabis auriculata







No parece que detectara el error, y a partir de esa copia se difundió un nuevo nombre de planta, que en realidad poco tenía que ver con el país al que aludía. 
Cuando en el S.XVIII Linneo buscaban nombres antiguos de plantas, aplicó el de Arabis a un grupo de flores blancas y de cuatro pétalos, con algunos caracteres semejantes a la draba de los griegos. Otros caracteres, sin embargo, eran notoriamente diferentes, por lo que le convenía disponer de un nombre distinto.





Arabis auriculata






Actualmente, este género de plantas, las arabis, tienen reconocidas 105 especies; una de ellas es la "auriculata". En esta especie, la parte inferior del limbo de la hoja rodea al tallo, como si llevara auriculares o como si asomaran dos orejitas a los lados del tallo. 
No es fácil verla florecida en esta zona, porque hay que subir por mayo hacia el Arangoiti y detenerse en el mirador, bajo El Rallar, para verlas y, de paso, contemplar Los Golochos, dos pitones calizos que ha respetado la erosión... y la cantera.





Arabis auriculata






De esta manera, para verla no hace falta irse al Atlas de Marruecos y menos aún hasta las proximidades del Karakorum en el Sinkiang de China. Entre estos extremos, las podremos ver alargar sus vainas, silicuas, en cualquiera de los abundantes terrenos calizos y montañosos que ondulan la geografía euroasiática, como es este espectacular mirador de Leyre.








El pequeño error del copista me recuerda que 
"en los pequeños detalles están las grandes virtudes"
    
Arabis auriculata

viernes, 16 de septiembre de 2016

PULICARIA DISENTERICA

Deshojando recuerdos de verano en una tarde sin pulgas a orillas del Aragón
      
Pulicaria dysenterica
Pulicaria dysenterica




Ya está refrescando y los días calurosos del verano quedan para comentarlos cuando apriete el frío del invierno.  Estos días sofocantes de final de agosto se soportan bien a la sombra de los álamos de la ribera del Aragón,  oyendo fluir el agua y, mejor aún, dejándote invadir por la somnolencia a que invita el ambiente. Uno, antes de amodorrarse, ha detenido la mirada en unas plantas de flores amarillas que brotan con profusión entre los cascajos de la orilla, las pulicarias. 







Pulicaria dysenterica







Aún viéndolas, y ya medio adormilado, te crees que vas a disfrutar de un sueño libre de pulgas, como promete el nombre de esas plantas (pulicaria). Y ya traspuesto, te trasladas muchos años atrás; te ves ante una artística fuente de una plaza castellana; coges agua en las manos, te refrescas la cara, pero no bebes: no te arriesgas a sufrir una disentería por ir probando las tentadoras fuentes de los pueblos que visitas, ni aun sabiendo que las pulicarias te evitarían esos desarreglos.







Pulicaria dysenterica




El empleo antidisentérico ha sido tan popular que fue el nombre específico que le dio Linneo en su Systema Naturae, dentro del nombre genérico de la inulas. 
Dejando lo idílico de la vida rural para la poesía y pintura pastoril que imaginamos fragantes y asépticas, por un momento rememoro la fetidez de los establos y de las urbes sin canalizaciones y nada me cuesta suponer la vida bacteriana que pulularía por las aguas alejadas de los manantiales.





Pulicaria dysenterica


Así es como llego hasta el botánico que se acordó de las pulgas, que es el nombre que en inglés se da a estas plantas: fleabane, la que destruye las pulgas, pulicaria. Este botánico fue Joseph Gaertner, quien orientó sus investigaciones botánicas hacia el estudio de las semillas y los frutos: la carpología. No es de extrañar que Gaertner perdiera la vista tratando de ver que el vilano que hace volar las semillas de la pulicarias tiene unas escamas soldadeas en su base, que las hace diferentes de otras semillas de plantas semejantes, como las inulas.
Pulicaria dysenterica

Pulicaria dysenterica





No la vista, sino la paciencia, es lo que pierde uno tratando de contar las lígulas, los pétalos amarillos de las florecillas externas, que rodean  a las pequeñas flores tubulares del  centro de la inflorescencia. No, no he contado las flores del centro, pero me he entretenido en deshojar esta “margarita” y el número suele ser de 55, aun cuando antes de desplegarse puedan ser más. ¿Qué ocurre para reducirse hasta ser solo ese número de la Sucesión de Fibonacci, sucesión de números que tiene intrigados también a los naturalistas?




    



Esta es otra planta de apariencia anodina, 
que esconde encantadores misterios sanitarios y numéricos 
    
Pulicaria dysenterica

sábado, 16 de julio de 2016

BRACHYPODIUM PINNATUM

Lastones pertinaces entre bojes, o yerbas floridas con nombre chocante
   
Brachypodium pinnatum

Brachypodium pinnatum



En el patio de casa tenemos un seto de boj que acostumbro a podar en invierno para que luzca un vivo color verde en primavera y mantenga un aspecto horizontal y delimitador. Ocurre que prontamente sobresalen de manera llamativa unas yerbas que Juanita, siempre tan dispuesta, se empeña en arrancar cada vez que pasa cerca. Yo he desistido de hacer desaparecer estas “malas hierbas”, malezas (malitia = maldad, en latín), por más que rompan el aspecto lineal del seto. Creo que, con su tenacidad por descollar, han contribuido a despertar mi interés por las gramíneas y su formas florales, de por sí veladas y poco llamativas.

Brachypodium pinnatum




Las discretas flores de las gramíneas tienen los elementos reproductores básicos de otras flores: estambres con el polen y pistilos con los óvulos. Carecen, sin embargo, de unos pétalos vistosos para resultar atractivas a los insectos y la fecundación la fían al viento, sobre todo. Pero, no sólo. Estas yerbas de nuestro seto, lastones o alka, han desarrollado una forma particular de expansión mediante tallos subterráneos: los rizomas. Los rizomas crecen horizontalmente entre las raíces de los bojes, echan nuevas raíces y solo aflora la parte aérea del tallo de la planta. Podar los tallos visibles, le tendré que explicar a Juanita, no hacer sino fortalecer a lo lastones, que siguen creciendo bajo el suelo.

Brachypodium pinnatum


Estos lastones reciben un nombre botánico enigmático para quien como yo no tiene conocimientos de griego: Brachypodium pinnatum. Sin embargo, con la ayuda de la web Acta Plantarum, comprendo que son palabras descriptivas de la espiga que remata la parte aérea de la planta. La espiga está formada por espiguillas, cada una con varias flores que producirán sendas semillas. Estas espiguillas se unen al eje del tallo mediante un insignificante pedúnculo o corto - pie (brachi – pódium) y cuyas flores tienen estambres colgantes y estilo con apariencia plumosa (pinnatum). 
Todo se ve mejor con lupa y con un diccionario de lenguas clásicas.
Brachypodium pinnatum



Lupa, agudeza visual de observador y buena mano de dibujante es la que debió utilizar Ambroise Marie François Joseph Palisot de Beauvois (Beauv para sus amigos botánicos), quien publicó en 1812 una monografía sobre las gramíneas titulado: Essai d´une Nouvelle Agrostographie, y en el que la describe.  En esta publicación, “un ensayo susceptible de cambios y mejoras”, detalla los elementos florales de las gramíneas, las clasifica atendiendo a los caracteres diferenciadores, resume el conjunto en un cuadro esquemático, describe multitud de especies dando razón de sus nombres y concluye con 25 planchas con múltiples dibujos detallados, que todavía vemos reproducidos en publicaciones actuales. El trabajo se merecía un autor con nombre tan extenso.
Brachypodium pinnatum






Esta yerba, Brachypodium pinnatum, lastón o alka, es frecuente desde esta zona hacia el norte de Navarra. Podría parecer que su difusión ayudaría a tener pastos interesantes para la alimentación del ganado. Sin embargo, no es así por su mala digestibilidad: el ganado lanar o vacuno rehúsa su consumo. Es por esto que varios estudios tratan de conocer con detalle su expansión utilizando medios sofisticados como la teledetección aérea. Esto es debido a que, aun siendo una planta autóctona, no parece que su difusión descontrolada sea conveniente para la diversidad vegetal y el sostenimiento de pastos, máxime cuando los incendios facilitan su difusión, en razón de su carácter rizomatoso. Tanto es así que numerosas investigaciones tratan de encontrar sistemas de erradicación.



Dudo ahora entre considerarla una resistente digna de admiración 
o una aborrecible ocupadora
    
Brachypodium pinnatum

jueves, 12 de mayo de 2016

MEDICAGO MINIMA

Una leguminosa que asciende de la tierra del vino a la gloria del OSCAR
           
Medicago minima
Medicago minima



Txumari ha vuelto a labrar la viña del saso. 
De esta manera, ha hecho desaparecer las plantas que crecían entre las cepas y, ya de paso, ha hecho aparecer otra colección de tiestos de dolia y de otros tipos de vasijas romanas, que se confunden con los cantos y cascajos del terreno. 
Mientras los examinaba, Domingo me indicó que en el borde había unas plantas con flores amarillas como las que habíamos visto en el cascajar del refugio: eran estas pequeñas mielgas. 
Me da por suponer que las mielgas ya estuvieran en ese mismo punto cuando las dolia estaban enteras y llenas de vino, hecho con otras cepas de este mismo lugar.
Medicago minima





Esta pequeñas mielgas amarillas, que como otras, bien pudieron ser reconocidas en tiempos del romano Plinio. En su Naturalis Historia nos da noticia de que la difusión de las mielgas se debió a los medos, los iraníes de los tiempos del persa Darío
Los griegos las recibieron como las hierbas de los medos, medicago, y en el nombre nos quedan ecos de guerras y migraciones, como si los siglos no se sucedieran. 
La difusión fue amplia por el Mediterráneo, y ahora crecen por zonas templadas tanto australes y como del nuevo mundo.


Medicago minima. Vainas enrolladas.





Acostumbrado a ver las vainas lisas y rectas de las leguminosas habituales en nuestra alimentación (habas, alubias, guisantes), me sorprende que estas otras tengan vainas perfectamente enrolladas y con aguijones ganchudos regularmente dispuestos en su contorno. Resultan unas espirales de no más de cuatro milímetros de diámetro, que las plantas sabrán para qué les sirven así dispuestas: a los botánicos, para distinguir las especies de medicago y a los fotógrafos, para mostrarnos formas sorprendentes.
Medicago minima










Plinio, romano práctico, detalla el valor forrajero de las medicago, su siembra, corte y larga vida de estas plantas en terrenos secos y pedregosos, que durante tanto tiempo han debido de servir de pasto a los rebaños que triscan por los sasos que nos rodean. Ya entonces hizo constar que estas plantas podrían durar treinta años, si se evitaba la competencia de otras plantas; ¡vamos! más de media vida para aquella época. 
Su ventaja sobre otros medicago como las alfalfas, está en que soportan el estrés hídrico de largas temporadas de secano. Como para desarrollarse necesitan poca agua, pueden crecer en terrenos soleados y áridos, como son las terrazas pedregosas que han dejado nuestros dos ríos, Aragón e Irati.


Medicago minima




En el Año Internacional de las Legumbres, esta pequeña leguminosa también puede contribuir a una agricultura sostenible. Mediante la rotación de cultivos, éstos dedicados a la producción de forraje, se reduciría la necesidad de abonos minerales, por el aporte de nitrógeno que ofrece a través de la relación simbiótica con una bacteria, desarrollada en los nódulos de sus raíces.
Dentro del proyecto OSCAR de la Comunidad Europea, la pequeña medicago figura entre las plantas consideradas de interés para la investigación y desarrollo de sistemas más sostenibles de agricultura mediante el uso abonos verdes.




 Una pequeña leguminosa, vida, alma, color y savia de nuestras tierras.
    
Medicago minima