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miércoles, 30 de noviembre de 2022

NIGELLA DAMASCENA

Nigella damascena
Plantas valiosas que desaparecen de nuestra vista sin motivo aparente
    
Nigella damascena
- ¿Y me dice, usted, que en este espacio hubo varias matas de neguillas de Damasco?
- Aquí mismo, con flores blancas; junto al trasformador de La Chocarrera; y no hace tanto, no señor.
- Pues, se ha quedado este trozo como un pedregal inculto. ¿No serían un peligro para el tendido eléctrico?
- ¡Qué va! Que vino el empleado y les dio con la azada; no tendría otro quehacer aquella mañana.
- Es una pena quedarse sin adornos florales naturales, atractivos y baratos.
- ¡Eso, y tan baratos! Como que salían cada año con las semillas que desprendían y sin necesidad de regarlas, ni sembrarlas, ni nada. Lo mismo les pasó a las alceas de ese otro lado. ¡Y mira que eran espectaculares!

Nigella damascena
Así, tontamente, hemos dejado de ver estas flores por las calles y los alrededores; flores, que por ser silvestres, se consideran malezas y malas hierbas; pero que, cuando las ves en un vivero, compruebas que tu monedero no está demasiado prieto. Estas neguillas, son plantas origen circunmediterráneo, que, por la vistosidad de las flores y por lo tupido del ramaje, es frecuente verlas en jardines de Europa y de otras zonas templadas. Las hubo también, azules, en el talud de la era de Barrio Alto; antes de que se ensañaran con las silvestres, segándolas aún verdes.

Nigella damascena
Las neguillas, o arañuelas, tienen en la Península multitud de nombres (no tan poéticos como en inglés: love-in-a-mist, amor en la niebla). Tan larga nomenclatura da idea de la extensión de su popularidad desde antiguo; no tanto por sus valores estéticos, sino por los prácticos: por su variado empleo medicinal. Según una reciente revisión etnobotánica se han empleado para regular la menstruación; para afecciones catarrales y amenorrea; como diurético y esternutatorio; como analgésico, antiedematoso y antipirético; como vermífugo y desinfectante. El manual “Plantas medicinales de la Península” añade otras cualidades: antiinflamatorias, antialérgicas, antiestamínicas, y … para qué seguir con la lista si no dispongo de plantas para hacer preparados...y más me vale.
    
Nigella damascena
Si los listados anteriores eran para aburrir, la interminable nómina de publicaciones científicas acerca de las arañuelas sigue creciendo cada año. El listado de Scispace da acceso a 121 publicaciones, siendo la más antigua de 1912, sobre el alcaloide damascenina, que da toxicidad a la planta y que la hace figurar entre las plantas cuya venta no controlada está prohibida desde 2004. Según el listado del National Center of Biotechnology Information son más de mil las investigaciones que tienen a la arañuela como objeto de estudio. La especialización es tal como puedo uno suponer leyendo títulos como: Identificación de los genes reguladores clave, involucrados en el desarrollo de pétalos elaborados y la formación de caracteres especializados en Nigella damascena (Ranunculaceae). 
Entendido, buen trabajo de chinos. ¡Vale!

Nigella damascena
A los pétalos les ocurre que ocultan, a saber por qué, los nectarios que atraerían a los polinizadores. Así que, una vez hecha la pifia, las arañuelas han tenido que crear unos falsos nectarios coloristas, que sirvan de cebo a los insectos. De esta forma, para la visión de los insectos, los pseudonectarios resultan brillantes y reflectantes, de color verde esmeralda, mientras que el resto del pétalo es oscuro y así los redirigen a los verdaderos nectarios. Esos falsos nectarios, para desgracia de las arañuelas, no se desarrollan cuando son infectadas por el virus TRV2, haciendo más difícil la polinización. Esto debió ocurrir con las neguillas del pueblo: en ninguna de las fotos se pueden observar los falsos nectarios. Una pena, que explican minuciosamente otro grupo de investigadores…chinos, ¡cómo, no!

Nigella damascena
Dijo Jesús a sus discípulos: Ni Salomón, con todo su lujo, se vestía como una de ellas (Mt 6, 24)

lunes, 21 de noviembre de 2022

DIANTHUS ARMERIA

Clavelina     Dianthus armeria
Una clavelina de verano, que pervive en invierno
   
Clavelina     Dianthus armeria
    Las predicciones meteorológicas se han cumplido: la lluvia lleva varios días invitándonos a mirar por la ventana antes de salir de casa; los sembrados verdean; el viento variable nos sitúa en otoño; el fresco, que pareció no llegaría, nos mueve a calentar las casas y, además, la nieve ha blanqueado la sierra. Veo nevada la sierra y me pongo a buscar fotos de una de las clavelinas que atraen mi atención en los paseos de verano: las clavelinas (Di-anthus, flores de Dios), las divinas de pétalos rosáceos, que florecen en la Cañada de los Roncaleses y en los prados soleados de las alturas del Castellar.

Clavelina     Dianthus armeria
     Ahora, cuando en esas alturas, la nieve, la niebla o el viento frío son habituales, estas clavelinas mantienen extendida su roseta de hojas, que se habían desarrollado con los calores del verano y que florecerán en la temporada próxima. Es, pues, una de las plantas cuyo proceso de desarrollo dura dos temporadas, o más. 
    No he encontrado qué sistema emplea para soportar los cambios de temperatura, pero sí imitadores que se creen que, por ir aún con pantalón corto, el verano va a durar todo el año.

    
Clavelina     Dianthus armeria
    Quizá, entre los mecanismos de supervivencia hay que contar con que cada planta puede llegar a producir cuatrocientas semillas de no más de un milímetro de tamaño. Además, estas semillitas estarán inactivas hasta que, al año siguiente, si han caído en sitio seco y no entre hojarasca, germinen al subir la temperatura. Sólo entonces desarrollarán la roseta de hojas invernantes, que florecerá al siguiente. Por si fuera poco, se ha constatado que la inactividad puede llegar a durar cuarenta años. 
    ¡La de semillitas que no habré pisado y diseminado, andando por Leyre!

Clavelina     Dianthus armeria
    Así pues, no es de extrañar que, con semejantes trucos de supervivencia, desde Europa se hayan extendido hacia Norte América; teniendo en cuenta los intercambios de productos, guerras y viajes de personas entre ambos ámbitos. 
    Y desde USA, a su área de influencia en el Pacífico: Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea, la del sur ¡claro!

Clavelina     Dianthus armeria
    Tanto ir hacia el oeste, la rosa de Deptford, que es como se llama esta clavelina en el Reino Unido, escasea en la isla y figura en la lista roja de especies amenazadas de extinción; si bien, el peligro está conjurado, por ahora, en Gales, sin que en todo ello tenga algo que ver el brexit. Tampoco tendríamos que atribuir a mala voluntad de Carlos Linneo que nuestra península no figure en el listado de su presencia en la publicación Species Plantarum (pág 586/7)
    Así mismo, no percibir la fragancia de esta clavelina no se debe atribuir al covid y sus secuelas, no; sino a que esta especie se autofecunda, sin necesitar atraer por el olor a insectos que la fecunden.

Clavelina     Dianthus armeria
El primor de esta clavelina alienta mi interés por verla en tiempos menos inclementes

Clavelina     Dianthus armeria