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Campanula erinus Asperilla |
Unas campanillas que escalan hasta las notas del dolor
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Campanula erinus Asperilla |
¿Qué mejor, en esta mañana soleada, sino salir a pasear y
ver la floración de este mayo cambiante? Paso por delante de la cantera y veo
que, al lado de la fuente de El Liscar, dos parejas escalan encordadas la roca
pelada.
¡Cómo que pelada! De eso, nada. En los pequeños salientes, a los que se
aferran con dedos empolvados, hay varias especies de plantas que deben sentirse
sorprendidas por la ocupación de su limitado espacio por manos y pies, o algún
que otro clavo. Una de estas pequeñas plantas, las asperillas, tiene aspecto
peloso erizado (erinus) y unas diminutas florecillas blancas y azuladas
de sólo unos milímetros en forma de campanilla. El espacio es reducido
y no debería dar para más.
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Campanula erinus Asperilla |
Quienes escalan no lo saben, pero, mientras buscan al
siguiente anclaje en la roca supuestamente pelada, junto a sus dedos respira
una joya botánica ya descrita por Linneo en Species
Plantarum en 1753. Y quizá no la vuelvan a ver, si impiden con
sus manejos que las florecillas cumplan su función y produzcan semillas para
que la próxima temporada florezcan nuevamente. Esta es la inseguridad de ser en la
vida fija/o discontinua/o, que es la situación de las plantas anuales,
terófitas. Si no, a ver quien es la guapa que aguanta días y días de verano expuesta
tal cual a los ardores y la sequedad en esa peña. Pues bien, las guapas son
estas campanillas, pero en forma de semillitas de medio milímetro; si es que
las dejasen en paz.
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Campanula erinus Asperilla |
Estas diminutas semillas encierran la sorpresa de tener los
cromosomas
no solo pareados, como tenemos los humanos, sino doblemente pareados. Este
hecho, que no es raro en las plantas, es conocido como poliploidía y
en algunos casos estas campanillas
tienen los cromosomas cuatro veces pareados. Este fenómeno se entiende que es
consecuencia de la hibridación de especies y de mantener los pares de
cromosomas originales, por si acaso, que nunca se sabe. Y así, con estos datos,
los botánicos van estudiando la evolución de estas plantas hasta las especies originales
de hace millones de años. ¡Pues vaya, como para explicarles estos líos a las/los
escalantes!
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Campanula erinus Asperilla |
Por fortuna, mientras he andado haciendo equilibrios
sobre el borde de la fuente para sacar fotos a las campanillas, no he notado
el bordoneo de abejas de la miel. Será que tienen ahora más a mano otras plantas
melíferas, como los frutales que, sin heladas, este año han estado bien
floridos. Pero, el polen de las asperillas se ha constatado en el análisis
de mieles cordobesas y gallegas.
Debe de ser que, pese a sus pequeñas dimensiones, estas campanillas tienen
néctar que resulta atractivo para las Apis
mellifera, según la investigación del profesor P.L.Ortiz
de la Universidad de Sevilla.
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Campanula erinus Asperilla |
Además, investigaciones sobre esta especie de campanillas
se han publicado en puntos lejanos del Mediterráneo, en donde
es endémica en los países que lo rodean. Y así es como en Palestina, que sufre hoy
en día una violencia extrema incompatible con la vida humana, se ha investigado
en la Universidad
de Nablus la vida de estas campanillas por su valor farmacológico tradicional
para tratar múltiples dolencias. Han hallado que los radicales libres, oxidativos,
de las células se combaten con los flavonoides de las
campanillas y resultan eficaces contra ciertas enfermedades cancerígenas.
¡Nada
menos... y en Palestina!
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Campanula erinus Asperilla |
En una pared de escalada me encuentro con la mezcla dolorosa
de muerte y vida
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Campanula erinus Asperilla |