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lunes, 2 de abril de 2018

ARABIS ALPINA

Una planta con historia milenaria que prefiere el frío
   
Arabis alpina
Arabis alpina



Será a mediados de abril y siendo los días más templados, cuando suba a la sierra por la cañada de los roncaleses para contemplar el revivir de la flora alpina. Al llegar al portillo de La Cerrada, giraré hacia el oeste para  seguir por el cresterío hacia Castellar y el Rallar. Andando por un desdibujado sendero, tendré ocasión de observar, entre las rocas y un año más, los macizos florecidos de Arabis alpina, una vez pasadas las nieves del invierno.




Arabis alpina








Se da por averiguado que esta especie de arabis ha hecho un largo recorrido hasta asentarse en nuestra sierra. Al parecer es una planta originaria de Anatolia, desde donde emigró a buena parte hemisferio norte. Esta odisea la debió de iniciar hace nada menos que dos millones de años, al comienzo del Pleistoceno
Y sí, se me figura que, tras llevar miles de años y kilómetros en sus genes, ha hecho un alto por aquí cerca, al abrigo de los roquedos de Leyre.




Arabis alpina






La Arabis alpina ha aguantado, pues, períodos glaciares e interglaciares, los cuales no han sido obstáculo para su difusión, siempre que encontrara sitios frescos, si no francamente fríos. En esto ha acompañado a los mamíferos, y sobrevivido, como el género homo, el nuestro, a la última glaciación. De este modo encuentra acomodo también a nivel del mar dentro del Círculo Polar Ártico en el archipiélago de las Svalbard, al noreste de Groenlandia. 
A saber cómo llegó hasta ese aislado lugar del gélido Atlántico Norte.





Arabis alpina





El hecho de encontrarse esta arabis en lugares tan distintos y alejados, ha llevado a investigar su composición genética. A través de los “marcadores nucleares” de los cromosomas, analizados en plantas situadas en los múltiples lugares donde actualmente se desarrolla, se ha rastreado su expansión desde Anatolia hacia Etiopía, Arabia, norte de África, Europa y norte de América. De esta manera el estudio de esta planta ha contribuido al desarrollo de la genética en su aspecto evolutivo. 







Arabis alpina



Además, el hecho de desarrollarse en climas fríos, ha llevado a preguntarse por los mecanismos celulares que permiten que la Arabis alpina sea una planta perenne en ambientes aparentemente adversos a su desarrollo. Esto es meterse en el berenjenal del estudio del epigenoma, que no responde sólo a la curiosidad científica, sino a la necesidad humanitaria por desarrollar plantas alimenticias en climas “inclementes”, teniendo en cuenta el previsible aumento de población mundial.




Otra planta de nuestro entorno que me sorprende por su gracia e interés científico

Arabis alpina

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