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martes, 13 de junio de 2017

PULMONARIA LONGIFOLIA

Ramos saludables de flores azules y sonrosadas, esparcidos por el boscaje de la sierra

Pulmonaria longifolia
Pulmonaria longifolia


Para encontrarme con la pulmonaria, he tenido que ascender a la sierra y perderme entre el boscaje. Así que me ha hecho falta llevar los pulmones bien ventilados. Por esto pues, no sé si las propiedades curativas de la pulmonaria se deben a sus componentes bioquímicos o al ejercicio pulmonar que se debe hacer para dar con ella por aquí. 
¡Con lo fácil que se tiene a mano en San Sebastián, en las escaleras que suben al Ulia!




Pulmonaria longifolia






Pues sí, los poderes curativos que se le atribuyen los lleva hasta en el nombre. Según la farmacopea popular, serviría para asuntos tan variados como las afecciones pulmonares (por sus virtudes emolientes y expectorantes), la afonía o las heridas e hinchazones mediante compresas.  Es que sus demás virtualidades son bien diversas: demulcente, remineralizante (silicoterapia), antigonadotrofa, antidiarreica, antihemorroidal y como diurética. 
Entiendo que la pulmonaria, según la Wikipedia, debe ser toda una rebotica pintada de azul.




Pulmonaria longifolia





El hecho de ponerle un nombre tan medicinal a este género de plantas se lo debemos a J.P. de Tournefort (1656-1708), creador del concepto de género, según la clasificación de las plantas por su forma de fructificar.  Supongo que Tournefort atendió a los usos que se daban a estas plantas para colocarles este nombre que aparecía en un tratado de botánica del S.IV, debido a Flavius Vegetius Renatus (“Si deseas la paz, prepara la guerra”): el “Digesta artis mulomedicinae”. Es, en realidad, un tratado de veterinaria referida a los mulos y caballos, conservado por medio de una copia en un delicado códice miniado, que difícilmente debió de ser usado en cuadra alguna.



Pulmonaria longifolia



Tan antiguas, reconocidas, veterinarias y múltiples virtualidades curativas, alguna eficacia cierta han debido de tener. 
Ahora se conoce que la pulmonaria tiene numerosos componentes bioquímicos que explican los profusos tratamientos populares y ahora más formales. En el estudio de las Plantas Medicinales de la Península Ibérica e Islas Baleares se enumeran: mucílagos (excipiente médico), flavonoides (antimicrobianos, anticancerígenos o cadiosaludables), la alantoína (cicatrizante), rosaponina (antibacterial), taninos (antiputrefacción, curtido de pieles) y ácidos fenólicos: ascórbico (antioxidante), silícico (asimilación del calcio), entre otros. 
Así que en un plis plas pasamos de la rebotica al laboratorio aséptico.

Pulmonaria longifolia







Las molestias que se toma la pulmonaria en producir este cúmulo de productos, podrán hacer creer los creacionistas que es su tributo al rey de la creación, el homo sapiens sapiens. Pues no, por su medio se defiende de agentes externos como los rayos UV o resultan una protección contra ciertos hongos. Así mismo pueden ser un atractivo para que los insectos les ayuden a tener una polinización cruzada. Esto en concreto, creo que algo tendrá que ver con la variabilidad en el tamaño de los estambres (heterostilia) a un lado y otro del Pirineo; que ya se vendría dando antes de que nosotros apareciéramos por aquí, digo.

   




Otra planta medicinal más que nos pone en la pista de remedios eficaces y rigurosos

Pulmonaria longifolia

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